
Celeste, una enfermera estadounidense y madre de cinco hijos, decidió cumplir uno de sus mayores sueños: tener una vivienda propia. Para lograrlo, optó por una casa prefabricada, una alternativa más accesible y rápida que una construcción tradicional.
En un video de TikTok que acumula miles de visualizaciones, contó paso a paso cómo fue su experiencia. “Pon manos a la obra y entra en tu casa”, dijo.
Según contó, el primer paso fue conseguir un terreno donde instalar su nueva casa. Aunque no reveló la ubicación exacta, contó que pudo comprarlo gracias a un conocido.
“Era de un amigo de un familiar, que quería vender parte de su terreno. Fui a hablar con ellos, establecimos una cantidad y llegamos a un acuerdo. Eso fue todo por el terreno”, recordó.

Una vez asegurado el lote, comenzó la búsqueda de la vivienda. Celeste eligió un modelo ofrecido por Clayton Homes, una empresa dedicada a la fabricación de casas modulares.
“Llené la solicitud y Clayton la presentó a varios prestamistas. Me precalificaron unos tres días después para dos de ellos. Uno me ofreció una mejor tasa de interés, así que elegí a ese prestamista”, contó.
Con el crédito preaprobado, inició una de las etapas más importantes: reunir todos los documentos necesarios. “Tuve que esperar mucho tiempo para que me contactaran. Respondí muchas llamadas, me hicieron preguntas sobre esto y aquello”, relató.
En julio, la entidad le informó que debía cumplir ciertas condiciones antes de aprobar el préstamo. “Una de ellas era que pagara el auto. Querían que pagara parte de mis deudas y pagar mi auto era una de esas cosas”, explicó.

El monto que debía cancelar ascendía a US$6000 y pudo hacerlo gracias a que, en ese momento, tenía contrato como enfermera y vivía con su madre. “Tenía el dinero guardado”, contó.
Tras ponerse al día con sus deudas, el préstamo fue aprobado entre fines de julio y comienzos de agosto. “Una vez aprobado, pasamos al cierre”, agregó.
Poco después, la compañía comenzó los trabajos de instalación. “Una o dos semanas después empezaron a limpiar el terreno y a instalar la fosa séptica, lo cual ocurrió unos días después”, dijo.
En su caso, no necesitó pozo, ya que tenía acceso al servicio de agua municipal. “Mi vecino de al lado, de alguna manera, logró traer el servicio de agua municipal. No sé cómo, pero somos los únicos dos que tenemos ese servicio en esta zona del país. Estoy agradecida”, comentó.

La entrega de la casa se concretó a finales de octubre y, tras las inspecciones finales, Celeste recibió la autorización para conectarse a la red eléctrica.
“Me dieron luz verde para que se conectaran las luces y me mudé una semana antes del Día de Acción de Gracias”, contó emocionada.
En total, el proceso tomó cerca de seis meses, desde fines de mayo hasta mediados de noviembre.
Antes de terminar su video, la enfermera aclaró que su contrato “no es un acuerdo universal” y que las condiciones pueden variar según la empresa y el tipo de préstamo.
Aun así, dejó un mensaje dirigido a quienes sueñan con la vivienda propia: “Empieza a trabajar en ello. Sea lo que sea que sientas que necesitas hacer, ponte manos a la obra. Entra en tu casa y compra ese terreno”.
Lo que debes tener en cuenta sobre la compra de casas prefabricadas
Los principales beneficios de comprar una casa prefabricada son su costo y rapidez de construcción. Generalmente, son mucho más económicas que las viviendas tradicionales, ya que el proceso de fabricación en un entorno de fábrica reduce los desperdicios, los costes laborales y el impacto del clima. Además, el tiempo desde el pedido hasta la instalación final es mucho más corto, lo que permite a los propietarios mudarse en meses en lugar de años.
Sin embargo, existen algunas desventajas. La principal es la depreciación a largo plazo: las casas prefabricadas (especialmente las manufactured homes que cumplen con la normativa HUD) a menudo se deprecian con el tiempo, a diferencia de las viviendas tradicionales. También hay restricciones de ubicación y zonificación, ya que muchos códigos de construcción locales y asociaciones de propietarios prohíben o limitan estrictamente dónde se pueden colocar.
Finalmente, el financiamiento puede ser más difícil de obtener, ya que los bancos pueden tratarlas más como un bien mueble (como un vehículo) que como un bien inmueble.
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