Mirelle Radley conoció a un perro callejero en un pueblo del Valle Sagrado de Perú, que la siguió y se ganó su cariño al instante. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)
Mirelle Radley conoció a un perro callejero en un pueblo del Valle Sagrado de Perú, que la siguió y se ganó su cariño al instante. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)

Cuando Mirelle Radley planeó un viaje a Perú junto a su primo Adam, solo pensaba en conocer un país nuevo y disfrutar de sus paisajes. Nunca imaginó que, en cuestión de horas, encontraría a un amigo para toda la vida.

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Apenas llegaron a un pequeño pueblo del Valle Sagrado de los Incas, Mirelle se instaló en la cabaña donde se hospedarían. Después de almorzar, volvió para leer en una hamaca del jardín.

“Sentí que algo me tocó el brazo y, cuando miré hacia abajo, vi a este perrito intentando llamar mi atención”, contó a The Dodo. “Fue la primera vez que lo vi. No lo había visto antes por allí”.

Mirelle estaba acostumbrada a ver en sus viajes, pero este era distinto. No se limitó a olerla y alejarse: se quedó a su lado por horas mientras ella leía.

Lo llamó Paddington y decidió llevarlo consigo al Reino Unido, enfrentando vacunas, cuarentena y trámites legales para poder adoptarlo. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)
Lo llamó Paddington y decidió llevarlo consigo al Reino Unido, enfrentando vacunas, cuarentena y trámites legales para poder adoptarlo. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)

Esa noche lo dejó en el patio, pero al despertar lo encontró en el mismo lugar. “Después de ver que se había quedado afuera de la cabaña toda la noche, y que obviamente no tenía hogar, mi primo dijo: ‘Podrías llamarlo Paddington’. Y así fue. Le pusimos ese nombre y supe que tenía que quedármelo”, recordó.

Durante los siguientes días, Paddington la siguió a todas partes. “Me siguió literalmente a todas partes cuando caminábamos la milla hasta el pueblo. Iba pegado a mi talón todo el tiempo. Nunca había visto a un perro callejero, y menos sin entrenar, que caminara así junto a alguien que no conoce”, dijo.

Ni siquiera un paseo a caballo logró separarlos: “Le di un hueso para distraerlo, pero cuando regresamos, me reconoció desde unos 50 metros y vino corriendo hasta el pueblo”.

Pronto Mirelle comenzó a pensar en cómo llevarlo con ella al Reino Unido. “Por el segundo día ya pensaba si podía quedármelo, y para el tercero estaba tratando de idear un plan”, confesó. Pidió consejos en redes sociales, abrió una colecta para cubrir gastos y contactó a la organización local Colitas Con Canas, que le ofreció ayuda y un hogar temporal para el perro.

Durante semanas, el perro permaneció en un hogar temporal mientras Mirelle completaba todos los requisitos para su traslado seguro. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)
Durante semanas, el perro permaneció en un hogar temporal mientras Mirelle completaba todos los requisitos para su traslado seguro. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)

El proceso no fue sencillo: “Se necesitaban visitas al veterinario, vacunas, análisis de sangre, una jaula de viaje, cuarentena, papeleo y vuelos, y no es barato”, explicó la joven a la BBC.

Antes de regresar a casa, dejó a Paddington con Naths, una cuidadora de confianza. “Estaba súper triste cuando me fui, y fue peor porque, al marcharme, él intentaba meter la pata por la reja para seguirme”.

Mientras Mirelle volvía al Reino Unido, la historia de “Paddington from Peru” empezó a hacerse viral en Instagram, donde ya supera los 400.000 seguidores.

Semanas después, cuando el perro cumplió con vacunas y cuarentena, ella voló otra vez a recogerlo. El viaje incluyó escalas en París y Colombia, pero en la frontera de Francia surgió un problema: “Había un error en un documento peruano y no nos dejaron salir hacia el Reino Unido”.

Finalmente, Paddington llegó a Cambridge, donde se ha adaptado rápidamente y disfruta de su nueva vida rodeado de otros perros. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)
Finalmente, Paddington llegó a Cambridge, donde se ha adaptado rápidamente y disfruta de su nueva vida rodeado de otros perros. (Foto: @paddingtonfromperu / Instagram)

Tras varias visitas a veterinarios y trámites en Bélgica, finalmente lograron llegar a su destino. Así, después de meses de espera y obstáculos, Mirelle y Paddington llegaron a su nuevo hogar en Cambridge. “Sí, parece que lo está disfrutando y se ha adaptado bastante rápido”, contó feliz.

El perro tuvo algunas curiosidades al llegar: “La lavadora y las escaleras fueron un pequeño momento para él”, bromeó Mirelle. “Pero solo lleva tres días aquí y ya disfruta de pasar tiempo con otros perros amistosos”.

Ahora, Paddington vive la vida que Mirelle soñó para él. “Va a experimentar todas las cosas divertidas: elegir su propio juguete en la tienda, probar un ‘pup cup’ y hacer muchos paseos y viajes por carretera”, dijo.

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