Con apenas 22 años y recién graduado de la universidad, Pete Mackenzie Hodge fue diagnosticado con cáncer de hueso. La noticia lo dejó en shock y le generó una profunda aflicción. A pesar del duro golpe, decidió enfrentarse a la enfermedad sometiéndose a tratamientos agresivos que, lamentablemente, lo dejaron al borde de la muerte en múltiples ocasiones.
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“En ese momento, fue un gran shock para mí y mi familia”, dijo el británico en conversación con Manchester Evening News. “Pasé de tocar la batería y jugar al fútbol a recibir ese diagnóstico. Eso significó que pasé la mayor parte de ese año entrando y saliendo de The Christie recibiendo quimioterapia”.
Fue así como el padre de un niño se sometió a meses de quimioterapia y una cirugía para reemplazar sus huesos con titanio; sin embargo, su cuerpo rechazó los materiales y terminó en la unidad de cuidados intensivos. Mientras luchaba por su vida, Pete tuvo que tomar la dura decisión de amputar su pierna.
“No quería morir, así que me hicieron la amputación”, recordó. “Me la hicieron por encima de la rodilla y después volví al Christie para recibir más quimioterapia”.
No obstante, las pruebas para Hodge no habían terminado. En la unidad de cuidados intensivos, experimentó su primera experiencia cercana a la muerte.
Cuando estaba en cama, recuerda haber observado la cortina del hospital junto a su cama, donde vio la esfera de un reloj Casio. El británico asegura que se trataba de una “cuenta regresiva” hacia el final de su vida.
“Realmente creo que todos somos energía y todos somos carbono”, dijo a modo de reflexión. “Creo que lo que ocurre cuando dejamos este mundo es que la energía simplemente se recicla en otro ámbito. Aunque nuestros cuerpos físicos dejen de existir, esa energía sigue viva”.
Esta no sería la única vez que Pete tendría un encuentro cercano con la muerte. Años más tarde, durante la pandemia, el hombre contrajo una infección bacteriana en sus pulmones que le provocó neumonía y sepsis.
Mientras luchaba por su vida nuevamente, recuerda haber dejado su cuerpo y verse sin vida en su cama del hospital.
“Dejé mi cuerpo en la cama y lo que vi allí fue mi alma ascendiendo”, aseguró. “Todavía podía ver mi cuerpo físico en la cama, lo que fue una experiencia realmente profunda”.
Hodge asegura que la experiencia no fue aterradora y lo describió como un momento “realmente mágico”.
Luego de 13 días en coma, los médicos le dijeron que tenía mucha suerte de estar vivo: “Todos los médicos han dicho que soy un hombre muy afortunado. No debería estar aquí, pero lo estoy. Siento que soy el tipo más afortunado del mundo, pero también uno de los más desafortunados”.
A pesar de su encuentro cercano con la muerte en dos ocasiones, Hodge se considera muy afortunado de seguir con vida. Tras su experiencia, escribió un libro titulado “Delirium Diaries” (Diarios de delirio), el cual se lanzó el pasado 28 de octubre.
En el texto, el británico comparte detalles de su increíble historia y destaca la importancia de la valentía y la determinación al enfrentarse a situaciones que parecen imposibles de superar.
“El puro terror de enfrentar la segunda experiencia cercana a la muerte de mi joven vida es algo que quería canalizar para ayudar a otros”, agregó Pete.
“Sucedió en una época en la que la sociedad estaba petrificada y los hospitales estaban de rodillas y sentí que mi historia representaba la esperanza y el hecho de que tienes la capacidad de derrotar a cualquier oponente si lo deseas lo suficiente”, finalizó.