
El 19 de diciembre marcará un momento clave para la astronomía, ya que el cometa 3I/ATLAS alcanzará su máximo acercamiento a la Tierra. Este evento viene causando gran expectativa entre científicos y observatorios de todo el mundo, debido a las características poco comunes de este objeto interestelar.
Durante ese día, el cometa pasará a una distancia segura de nuestro planeta, por lo que no existe ningún riesgo de impacto según ha indicado la NASA; sin embargo, su proximidad permitirá observarlo con mayor claridad y obtener datos más precisos sobre su forma, tamaño y comportamiento.
El máximo acercamiento facilitará el uso de telescopios terrestres y espaciales, que podrán captar imágenes de alta resolución. Estas observaciones ayudarán a los astrónomos a analizar la composición del cometa, incluyendo los gases y el polvo que lo rodean.

Además, los expertos esperan detectar cambios visibles en su apariencia. Al acercarse al Sol, el cometa puede aumentar su brillo y desarrollar una cola más extensa, producto de la liberación de material congelado que se evapora por el calor solar.
Tras el 19 de diciembre, el cometa 3I/ATLAS comenzará a alejarse gradualmente de la Tierra y del Sol. Este proceso hará que su luminosidad disminuya, dificultando su observación incluso con equipos especializados.
Con el paso de los días, el objeto seguirá una trayectoria que lo llevará hacia las regiones más externas del espacio. A medida que se aleja, los telescopios dejarán de detectarlo con facilidad.

Los científicos continuarán analizando toda la información recopilada durante el acercamiento. Estos datos permitirán comprender mejor el origen del cometa y su comportamiento, así como compararlo con otros objetos similares estudiados en el pasado.
Aunque este encuentro cercano será breve, el cometa 3I/ATLAS dejará una valiosa huella: su paso nos ayudará a aprender más sobre cometas y a mejorar los modelos que explican la evolución de estos cuerpos interestelares.

¿Será posible observar el cometa 3I/ATLAS el 19 de diciembre?
El cometa 3I/ATLAS será visible el 19 de diciembre de 2025, coincidiendo con su máximo acercamiento a la Tierra (perigeo); sin embargo, no será observable a simple vista debido a su baja luminosidad, que se estima en una magnitud aparente de alrededor de 10.
Para poder detectarlo, los observadores necesitarán utilizar instrumentos ópticos como un telescopio pequeño o binoculares astronómicos adecuados.
El mejor momento para buscarlo será durante las horas previas al amanecer, cuando el cielo está más oscuro, y aparecerá generalmente hacia el horizonte sureste (dependiendo de la ubicación del observador en el mundo).
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