
Después de más de 230 años en bolsillos, rodando por el suelo y descansando en frascos olvidados, el centavo estadounidense se despide oficialmente. Esta semana, la Casa de la Moneda acuñó su último lote, marcando el fin de una era que comenzó en 1792. Lo que alguna vez fue símbolo de economía meticulosa y ahorros minuciosos ahora se convierte en pieza de colección, empujado al retiro por razones muy modernas: el costo de producción.
FABRICAR UN CENTAVO CUESTA MÁS DEL TRIPLE DE LO QUE VALE
Según datos del Departamento del Tesoro, cada moneda requería 3.69 centavos para producirse, una pérdida insostenible en tiempos de eficiencia fiscal. Fue el presidente Donald Trump quien, en febrero de 2025, firmó la orden que puso fin a la longeva moneda de cobre y zinc. “Cada centavo cuenta”, solían decir. Pero hoy, cada centavo cuesta demasiado.
Con su retiro, llega un nuevo método para los pagos en efectivo: el redondeo al múltiplo de cinco más cercano. Si la cuenta termina en 1, 2, 6 o 7 centavos, se ajustará hacia abajo o hacia arriba. Así, una compra de US$10.02 pasará a US$10.00, mientras que una de US$10.03 subirá a US$10.05. Es una medida práctica que busca simplificar transacciones, reducir colas y eliminar la necesidad de contar monedas diminutas.

ECONOMISTAS DIVIDIDOS YA ESTÁN ANALIZANDO SUS EFECTOS
Algunos celebran el fin del centavo como un paso hacia una economía más ágil, con pagos más eficientes y menores costos operativos. Otros temen que los redondeos —sobre todo si tienden a favorecer a los comercios— puedan provocar un leve pero constante aumento de precios, añadiendo presión a la ya persistente inflación.
El gobierno aclaró que los centavos seguirán siendo de curso legal, aunque poco a poco se irán retirando de circulación. Bancos, supermercados y máquinas expendedoras ya han comenzado a adaptar sus sistemas, mientras que el público general enfrenta la inevitable etapa de adaptación. Al fin y al cabo, no es solo una cuestión de matemática: es un cambio cultural.

LA MONEDA EMPIEZA A GANAR VALOR PARA LOS COLECCIONISTAS
Los coleccionistas ya están en búsqueda de ejemplares raros, centavos antiguos, con errores de acuñación o ediciones conmemorativas. Se espera que algunos de estos lleguen a cotizarse en miles de dólares con el tiempo, elevando al humilde “penny” a la categoría de tesoro histórico.
Este final también abre una nueva pregunta: ¿será el níquel el próximo en desaparecer? Su costo de producción también excede su valor nominal, y varios expertos ya alertan que el modelo actual de acuñación se ha vuelto insostenible. Con la digitalización financiera avanzando a pasos firmes, la lógica monetaria del siglo XXI podría continuar dejando atrás a sus viejos íconos metálicos.
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Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.