ICE detuvo al bombero en pleno incendio mientras trabajaba con su equipo en Washington. | Crédito: José Bertin Cruz-Estrada
ICE detuvo al bombero en pleno incendio mientras trabajaba con su equipo en Washington. | Crédito: José Bertin Cruz-Estrada

José Bertín Cruz-Estrada jamás imaginó que, en medio de un incendio forestal activo, terminaría esposado y lejos del país donde se crió. El 27 de agosto, mientras respondía al wildfire Bear Gulch en Washington, vio llegar cuatro camionetas sin identificación. No eran refuerzos. Eran agentes de la Patrulla Fronteriza. Y su vida cambió en minutos.

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Cruz-Estrada, parte de un equipo de 20 bomberos de Oregón, llevaba una semana en condiciones extremas: caminatas largas, humo denso, remoción de árboles y prevención de puntos calientes para evitar que un incendio de 9.000 acres siguiera creciendo. Esa mañana esperaban nuevas instrucciones, pero los agentes armados rodearon a la cuadrilla, pidieron identificaciones y lo arrestaron sin más. El fuego estaba apenas contenido al 13%.

Me sentí traicionado. Estábamos peleando un incendio en lo más profundo del bosque. Nunca pensé que esto podía pasar, recuerda desde México, donde fue deportado tras dos meses detenido. Tiene 35 años, es residente de larga data en Oregón, nació en México y es indocumentado. Ahora, además, está separado de su hijo de 14 años, su madre y sus hermanos.

Tras su deportación, ICE defendió el operativo pese a las críticas de legisladores y expertos. | Crédito: Molly Jones
Tras su deportación, ICE defendió el operativo pese a las críticas de legisladores y expertos. | Crédito: Molly Jones

Deportado por ICE tras semanas detenido

Cruz-Estrada ha trabajado como bombero desde 2019. Además, construyó desde cero una empresa de jardinería que lo convirtió en una figura muy querida en su comunidad, incluida la alcaldesa de Monmouth. Por eso la indignación fue tan grande cuando, tras el operativo, su compañero Rigoberto Hernández recobró la libertad semanas después… pero él no.

A finales de octubre, ICE lo deportó en silencio. Hoy cuestiona por qué el gobierno lo apuntó precisamente en su trabajo: “¿Y si la casa de esos agentes estuviera en llamas? ¿También me arrestarían o me dejarían hacer mi trabajo? No soy un criminal. Es una puñalada por la espalda”.

En una entrevista con , Cruz-Estrada insistió en lo mismo:Oregón es mi hogar. Llegó a EE.UU. en 2003 con apenas 12 años, reunido con su madre —bombera también— y sus hermanos. Creció, estudió, trabajó y formó una vida entera en Independence, cerca de Salem.

Su historia no ha sido lineal. En 2013 fue implicado en un caso de drogas donde terminó acusado por ser presuntamente un “vigilante” en una casa durante un operativo. Las acusaciones más graves fueron desestimadas y terminó con una sola condena por conspiración. No hubo cárcel, pero sí consecuencias migratorias: fue deportado ese mismo año. Reingresó sin autorización en 2019 y volvió a construir su vida desde cero.

Solo quería dejar atrás mis errores, trabajar y servir a mi comunidad, asegura. Y lo hizo: ascendió a jefe de escuadrón, líder de incidentes y operador de motosierra; atendió incendios históricos en Oregón, Nuevo México y Alabama; y recibió acreditación del Better Business Bureau para su negocio de jardinería.

El operativo que despertó alarmas

El Bear Gulch era el mayor incendio en más de 70 años en la península Olímpica de Washington. Su equipo estaba en una zona remota cuando fueron enviados a cortar madera, una orden inusual con tan poco control del fuego. Luego aparecieron las camionetas. Según declaraciones posteriores, los agentes bloquearon la salida del área, una maniobra peligrosa, se negaron a mostrar identificaciones y hasta se burlaron cuando uno de los bomberos invocó su derecho a permanecer en silencio.

En tribunales, Hernández aseguró haber escuchado comentarios despectivos: un agente comparó a los inmigrantes con “gatos callejeros” que necesitaban “control animal”.

Él insiste: “¿Qué más tengo que hacer para no ser visto como el villano? Hace 12 años cometí un error. He tratado de ser un buen padre, un buen hijo y un buen miembro de mi comunidad”.

La comunidad expresó indignación al conocer que ICE actuó durante una emergencia activa. | Crédito: diaryofawaterprotector
La comunidad expresó indignación al conocer que ICE actuó durante una emergencia activa. | Crédito: diaryofawaterprotector

Un golpe para su ciudad

En Monmouth, la detención y deportación cayeron como un baldazo de agua fría. Para muchos, Cruz-Estrada era un trabajador confiable, amable y dedicado.

Hace un trabajo excelente y se preocupa profundamente por lo que hace, dijo la alcaldesa Cecelia Koontz, quien por años lo contrató para su jardín. Asegura que incluso personas conservadoras de la zona quedaron impactadas: “Nunca piensan que algo así podría pasarle a alguien de un pueblo pequeño”.

Hoy, Cruz-Estrada intenta recomponer su vida en una ciudad fronteriza cuyo nombre no quiere revelar por seguridad. Extraña Oregón. Extraña a su hijo. Extraña sus bosques. Y no sabe cuándo podrá volver.

Un día tienes casa, trabajo, tu vida… y al siguiente estás en otro lugar, preguntándote qué vas a hacer ahora, dice.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.

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