
Una madre inmigrante fue detenida en Chicago por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y enviada a un centro de detención en Kentucky. Desde entonces, su familia vive una pesadilla: su hijo de 13 años no logra conciliar el sueño, sus hermanos menores no entienden por qué su madre ya no está en casa y su esposo lucha por mantener todo en orden mientras intenta no derrumbarse.
Ruddy López, de apenas 13 años, está sumido en la tristeza desde que su madre fue separada de la familia hace casi dos meses. Vive con su padre, José, y sus dos hermanos menores, Aaron y Sofía, quienes también sienten profundamente la ausencia de Marina, su madre mexicana. La rutina familiar ha sido totalmente alterada y la incertidumbre pesa en cada rincón del hogar.

¿Qué llevó a la detención de esta madre inmigrante?
Según contó José en Telemundo Chicago, su esposa recibió una notificación del ICE que le indicaba que debía presentarse en una oficina de migración el pasado 4 de junio. Ese día, Marina fue puesta bajo custodia. “Me mandó un mensaje y me dijo: ‘Cuídese mucho, ya estoy en el grupo de deportaciones’. Sentí como un golpe en el pecho”, relató su esposo entre lágrimas.
Desde entonces, Marina permanece detenida en un centro migratorio en Kentucky, sin poder ver a su familia. José afirma que la situación es devastadora para ella: “La escucho llorar, no es fácil estar encerrada. Está ahí todo el tiempo, sin salir, sin vernos”. La comunicación se ha reducido a breves llamadas telefónicas, donde el dolor se siente en cada palabra.
¿Cómo enfrenta esta familia la separación?
José quedó al frente de todo: criar a tres hijos, trabajar, mantener el hogar y ocultar su dolor. Intenta mantenerse fuerte para sus hijos, aunque confiesa que por dentro se está desmoronando. “No puedo llorar frente a ellos, me preguntan todos los días cuándo va a regresar su mamá”, dice.
Por su parte, Ruddy ha sido el más afectado emocionalmente. “Me siento vacío, no sé qué hacer. Estoy acostumbrado a despertarme y ver a mi mamá. No he dormido en días”, confesó el adolescente, cuya angustia se ha vuelto constante. Aaron, su hermano, también lo siente: “La casa está triste, sin mi mamá, sin abrazos”. Y Sofía, la menor, con apenas cinco años, pidió con inocencia: “Traigan a mi mamá, la necesito mucho”.
Esta familia inmigrante ha vivido en Chicago durante años, trabaja, educa a sus hijos y forma parte activa de su comunidad. Por eso, José hace un llamado directo al presidente Donald Trump: “Le pido que revise estas políticas migratorias injustas. No estamos haciendo nada malo, solo queremos estar juntos, como familia”.











