El médico Luis Chug, peruano radicado hace veinte años en Estados Unidos, nunca olvidará al primer paciente con COVID-19 que llegó a sus manos. La presión, el miedo, pero sobre todo la incertidumbre de actuar ante una enfermedad desconocida forman recuerdos que, está seguro, permanecerán muy frescos en su memoria.
“Era un hombre joven. Lo pusimos en ventilación artificial porque eso era lo que se recomendaba al inicio de la pandemia, pero los lineamientos vigentes hoy indican que su caso pudo haberse manejado sin recurrir a eso. Es un ejemplo de lo que estamos viviendo. Cada día ganamos experiencia”, dice el médico afincado en Houston, Texas.
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Al igual que él pero en Detroit, Michigan, a 15 minutos de la frontera con Canadá, el doctor Franco Parodi, también peruano, afirma que lo más difícil para un médico es verse desbordado por casos para los que no hay “nada escrito”. “Ha sido horrible, no solo ver gente que no ha podido despedirse al morir, sino verlos morir sin que sepamos qué más hacer”, dice Parodi, quien lleva 15 años viviendo en EE.UU.
Ambos médicos son especialistas en neumología y trabajan en cuidados intensivos en los hospitales Memorial Hermann y Ascencions Macomb-Oakland, respectivamente. Están en la primera línea de batalla contra el virus en EE.UU., el país más afectado por la pandemia.
Aunque sus estados no tienen el nivel de afectación visto en Nueva York y las semanas más críticas ya quedaron atrás, los peruanos recuerdan los días en que se vieron rebasados por la enfermedad y coinciden en que compartir la información disponible es una forma efectiva de luchar contra la pandemia.
Por ello, cuando Chug y Parodi vieron las noticias sobre hospitales saturados y el aumento de casos en el Perú, decidieron apoyar a sus colegas en el país compartiendo sus experiencias.
Saber es poder
Chug y Parodi se conocieron cuando estudiaban Medicina en la Universidad de San Martín de Porres. Egresados de la misma promoción, sus caminos los llevaron a continuar su desarrollo profesional en EE.UU. Desde hace cuatro semanas, se unieron para apoyar a médicos de todo el Perú. Se contactaron con el Minsa y Essalud y empezaron a dar capacitaciones y teleconferencias. También tratan de lanzar un programa piloto de teleUCI para apoyar en el área de cuidados intensivos con doctores del extranjero a los lugares más remotos del país.
En sus charlas virtuales usan gráficos, casos y datos históricos para hablar de temas como el diagnóstico y manejo de insuficiencia respiratoria o el uso apropiado de los ventiladores.
“Hay gente muy capacitada en el Perú, pero es importante compartir la experiencia de lugares azotados previamente por el virus para tratar de mejorar la atención a la población”, dice el doctor Chug, quien ya está invitando a otros colegas peruanos en otros países a hacer presentaciones de diversas especialidades. “El conocimiento es poder, más aún en este caso”, defiende.
“Lo único que tenemos en EE.UU. más que en el Perú, fuera de la infraestructura, es un mes y medio o dos meses más de conocimiento de cómo tratar a los contagiados. Esta es la forma que tenemos de ayudar”, dice Parodi.
Mucho por aprender
Chug afirma que la pandemia está mostrando los déficits que tiene el sistema de salud en todo el planeta. Y eso es bueno. “No solo debemos tratar de apagar el incendio, sino también de crear protocolos para el futuro y mejorar el sector salud. Hay que aplicar sistemas innovadores para el cuidado del paciente y del personal médico, que se ha visto física y mentalmente afectado en todo el mundo”.
Uno de los casos que más impactaron a Parodi fue el de una pareja de esposos. Él tenía 52 y ella 43. Los dos tuvieron que usar el ventilador. “Cuando tú llamas a la familia para decirles lo que está pasando, por lo general hablas con un adulto, pero en este caso yo hablé con el hijo de ambos, de 20 años, y que tenía dos hermanas de 11 y 12. Los dos padres murieron. Fueron los de la primera etapa del virus, cuando no sabíamos nada. Fue muy frustrante”.
A todo lo que atraviesa el personal médico durante su trabajo hay que sumarle lo que vive fuera de este. “Estamos acostumbrados a las rutinas fuertes en cuidados intensivos, pero a lo que no estamos acostumbrados es a no poder estar cerca de nuestras familias. Yo he dormido en hoteles para no contagiarlos”, dice Chug.
Ambos médicos esperan que, finalmente, las lecciones sean aprendidas y todo el esfuerzo valga la pena.
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¿Cómo contactarlos?
Puede conocer más de la iniciativa de los médicos Luis Chug y Franco Parodi escribiendo a Teleuciperu@gmail.com.
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