El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par ruso, Vladimir Putin. (Foto: AP/Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par ruso, Vladimir Putin. (Foto: AP/Reuters)
/ Agencias

El nivel de confianza se ha deteriorado”. Las palabras son de Vladimir Putin y pintan el escenario que se vivía entre y en el , durante la administración de Donald Trump. Entonces, el encontrón se dio por la injerencia del Kremlin en Siria.

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Pero la realidad es que ambos países, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, se miran con recelo. De hecho, fueron rivales durante la Guerra Fría, cuando el mundo estuvo dividido entre el eje capitalista y el eje comunista.

Es verdad que, tras la caída del Muro de Berlín, ha habido algunos acercamientos entre ambas potencias. Sin embargo, desde que Joe Biden llegó a la presidencia, la relación ha vuelto a ser tensa, como lo fue tradicionalmente.

Las duras sanciones que Estados Unidos acaba de imponer a Rusia –por haberse inmiscuido en las elecciones del 2020, por realizar ciberespionaje, ofrecer recompensas a talibanes para que ataques a sus fuerzas militares en Afganistán, y más acusaciones– son la mejor prueba.

Para tener más luces sobre el vínculo entre ambas potencias, El Comercio le propuso al analista Octavio Pescador, habitual comentarista de CNN en Español, una serie de temas para discutir. Estas son sus palabras.

La historia pesa

“Después de la Segunda Guerra Mundial, quedaron dos polos, y cada uno tuvo como ancla el desarrollo económico y el potencial militar. En ambos ámbitos, Occidente fue encabezado por Estados Unidos por el tamaño de su mercado y porque fue quien más dinero le dio a la OTAN, convirtiéndose en quien defendía a esa parte del mundo de lo que, al inicio, fue el comunismo, y ahora es la amenaza autocrática, dictatorial”.

“Entonces, EE.UU. siempre estuvo en una posición antagónica [a Rusia]. Mira Afganistán, África con el Congo, y América Latina. Hasta hoy día, sigue habiendo una tendencia a pensar que, si estás a favor de Rusia, estás en contra de Estados Unidos, y viceversa. EE.UU. representa al capitalismo, la democracia, las libertades, obviamente con sus salvedades y cuestionamientos”.

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La crisis de Ucrania: uno de los temas que enfrentó al entonces presidente de EE.UU., Barack Obama, y a su par ruso, Vladimir Putin.
La crisis de Ucrania: uno de los temas que enfrentó al entonces presidente de EE.UU., Barack Obama, y a su par ruso, Vladimir Putin.

El conflicto en Siria: se abre una posibilidad

“En el contexto actual, Rusia tomó acciones deliberadas en contra de lo que hizo Occidente. Recordemos el caso de Siria. Estados Unidos decide acabar con Bashar al-Assad (el presidente sirio), mientras que Rusia y China piden que nadie se meta, que dejen que resuelvan sus problemas porque se supone que es una guerra civil y que, en todo caso, hay un enemigo más grande al que hay que detener: el califato del Estado Islámico, que amenaza al mundo”.

“Hay que recordar que, desde la caída del muro de Berlín y la URSS, Occidente empezó a ganar terreno y expandir su forma de gobierno, lo que se conoce en inglés como ‘encroachment’, y se empezó a acercar a Rusia. Entonces, a partir del caso de Siria, el Kremlin pensó que, si EE.UU. se metía en otros países, ellos también podrían hacerlo en Ucrania, y empezó a apoyar a los rebeldes prorusos. Ese es el conflicto que enmarca su relación con Barack Obama y Joe Biden”.

Vladimir Putin y Donald Trump en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio de 2018. (REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo).
Vladimir Putin y Donald Trump en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio de 2018. (REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo).
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Obama y Trump: idas y venidas

“Barack Obama entendió [las acciones de Rusia en Ucrania] como una arbitrariedad, y decidió sancionarlos, cerrarles la llave y apretarlos económica y diplomáticamente. Luego llegó Donald Trump. Recordemos, además, que hubo una saga sobre la intervención rusa en las elecciones de Estados Unidos del 2016, sobre las relaciones de ciertos oligarcas que financiaron ciertas operaciones. Ahí está el informe del fiscal Mueller”.

“Si bien existe lo que en inglés se conoce como ‘plausible deniability’, que es la posibilidad de negar todo, se crea la percepción de que los rusos tuvieron cierta simpatía por Trump y que le ayudaron en la elección. Pero no son hechos”.

“También hubo una percepción de que EE.UU. iba a cambiar su actitud hacia Rusia con la llegada de Trump, quien tuvo la intención de levantar o remover ciertas sanciones, pero el Congreso no lo dejó. Él y Putin se reunieron y todo el aparato estadounidense se rasgó las vestiduras y se sintieron humillados al ver a Trump ponerse casi como un tapete frente a Putin”.

La gestión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de anunciar medidas para frenar los intereses de Rusia. (Foto: EFE/EPA/Stefani Reynolds).
La gestión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de anunciar medidas para frenar los intereses de Rusia. (Foto: EFE/EPA/Stefani Reynolds).

La llegada de Joe Biden

“Antes de ocupar el cargo de presidente de Estados Unidos, Joe Biden mandó muchas señales a Rusia, advirtiéndoles que las cosas iban a cambiar, que si estaban dispuestos a dejar de presionar a Ucrania y no meterse en otros lugares, iban a poder dialogar”.

“Recientemente y vía comunicaciones informales, los estadounidenses les dijeron a los rusos que se podían establecer mesas de diálogo. Se deslizó esa posibilidad, al igual que con Irán, con quien parece que podrían formalizar un acuerdo nuclear”.

“Lo hicieron porque Rusia tiene casi 80 mil efectivos destacados en Ucrania y apoya a los insurgentes. Les dijeron: ‘vamos a acercarnos a hablar, a tomarnos la foto, a reivindicar la imagen de Estados Unidos como ancla y líder de Occidente, de la libertad y democracia’. Querían negociar para ver si podían quitarles algo: no les conviene que tengan encerrado a Alexei Nalvany, un líder que, a medias, logró alinear a la oposición rusa, que es magra, y poder frenar la posibilidad de Putin se reelija”.

“Y Rusia contestó calmado que no tenían la absoluta necesidad de entregarse a una relación normalizada sin antes revisar el estado de las cosas. Entonces, EE.UU., luego de haberles ofrecido la zanahoria, ha reaccionado con el mazo”.

El presidente ruso Vladimir Putin. REUTERS
El presidente ruso Vladimir Putin. REUTERS
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Las acusaciones son de EE.UU. hacia Rusia, nunca al revés

“Nunca mostrarse débiles es parte de la cultura rusa. Recuerda que ellos vencieron a los alemanes, más de un millón de ellos murieron para terminar con la amenaza nazi en Europa. Ellos tienen una forma de ver el mundo y de presentarse de manera diferente a lo que suelen mostrar los medios globales”.

“Creo que la actitud del Kremlin, y también de Beijing, es de reaccionar lo menos que se pueda, de dar opiniones contrarias o ignorando [las críticas], porque eso da pie a que el discurso que se les opone continúe. En términos semióticos, lo que hacen es poner una sustancia pegajosa o pantanosa para detener a algo que viene en movimiento”.

“En todo caso, todo Occidente parece estar en fila porque Trump, una anomalía para EE.UU., permitió que el mundo se encuentre nuevamente y decida actuar en común. Eso, ahora, en términos discursivos en medios de comunicación es homogéneo, y va a estar siempre en contra de la autocracia, opresión, militarismo, de muchas cosas que se representan como ajenas al ser, aunque nosotros también las hagamos”.

Estados Unidos retirará a sus tropas de Afganistán. (AFP).
Estados Unidos retirará a sus tropas de Afganistán. (AFP).

El retiro de Afganistán: ¿una contradicción en su política externa?

“Afganistán es importante por tres motivos. Por su producción de opio: recordemos que, en Estados Unidos, el fentanil ha superado a la heroína en nivel de consumo. Es decir, el incentivo es evitar que sigan mandando ese veneno. También por la lucha contra los talibanes y el terrorismo, cuyo detonante se remite al 2001, cuando Osama Bin Laden y Al Qaeda logran el mayor atentado contra Occidente: los atentados del 11 de setiembre del 2001″.

“Y tercero, porque es un punto neurálgico en donde, y perdónenme el coloquialismo, convergen ‘los malos’ de las películas. Allí se reúnen personas con tendencias antioccidentales, antijudeocristianas, y entrenan con carta amplia por parte del Estado o de la estructura social afgana”.

“Pero los efectivos que se han retirado son los visibles, son la punta del iceberg. Estados Unidos deja una infraestructura para defenderse del nuevo terrorismo, ya no solo es con bombas sino con ataques cibernéticos”.

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