El candidato a la Presidencia de Argentina, el opositor peronista Alberto Fernández, saluda a sus simpatizantes junto a su fórmula a la Vicepresidencia, la expresidenta Cristina Kirchner. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni).
El candidato a la Presidencia de Argentina, el opositor peronista Alberto Fernández, saluda a sus simpatizantes junto a su fórmula a la Vicepresidencia, la expresidenta Cristina Kirchner. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni).
/ Juan Ignacio Roncoroni
BBC News Mundo

Cuandoanunció en mayo pasado quesería el candidato a presidente de una coalición peronista-kirchnerista llamada el Frente de Todos, la noticia sorprendió al país.

Ni un solo analista u observador había anticipado que la candidata obvia —la propia Cristina Fernández de Kirchner— iba a postularse como vicepresidenta y dejar el cargo mayor a quien hasta entonces era considerado uno de sus críticos internos más notorios.

Aunque comparten apellido, “los Fernández” —como les dicen muchos en — se habían distanciado luego de que él renunciara como jefe de Gabinete de ella, solo siete meses después de que la exmandataria sucediera a su marido, Néstor Kirchner, en el 2007.

Fernández había sido clave en la llegada al poder de Kirchner, en el 2003, y tuvo una gran influencia como su jefe de Gabinete.

“Fue la cara más visible, el vocero de los gobiernos kirchneristas en todas las instancias”, describió la periodista del diario La Nación Lucrecia Bullrich.

Incluso después de dejar el gobierno, en julio del 2008, en medio de un enfrentamiento entre los Kirchner y los representantes del campo, siempre defendió la gestión del expresidente, quien falleció en el 2010.

No obstante, tuvo grandes diferencias con Fernández de Kirchner, que llevaron no solo a su renuncia, sino a que se convirtiera en un crítico del movimiento que él mismo había ayudado a fundar.

Hoy esas diferencias parecen haber quedado en el pasado.

El Frente de Todos logró una contundente victoria en las primarias de agosto. Foto: (Getty Images, vía BBC Mundo).
El Frente de Todos logró una contundente victoria en las primarias de agosto. Foto: (Getty Images, vía BBC Mundo).

El 11 de agosto, en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), los exrivales y ahora socios lograron una apabullante victoria, alzándose con casi la mitad de los votos del país: el 49,5% del total.

En contraste, el oficialismo, liderado por el presidente Mauricio Macri, logró apenas el apoyo del 33% del electorado.

Otra vez fue una enorme sorpresa que nadie en Argentina había anticipado.

De repetir esos resultados en los comicios del 27 de octubre, los Fernández llevarían al kirchnerismo nuevamente al poder apenas cuatro años después de haberlo dejado.

(Eso, claro, a menos que ocurra una tercera sorpresa que cambie el transcurso de las elecciones).

¿Quién es?

El hombre detrás del resurgimiento del kirchnerismo y el peronismo —dos fuerzas debilitadas tras el triunfo de Macri en el 2015— tiene 60 años y se formó como abogado.

Empezó a militar políticamente mientras estudiaba Derecho y se afilió al Partido Justicialista (nombre formal del principal partido peronista) en 1983, con el regreso de la democracia.

Su primer cargo público fue en la Justicia, como juez suplente. Desde entonces se desempeñó como funcionario y asesor jurídico de varias dependencias del Estado.

También tiene una larga trayectoria como docente. Aún hoy se desempeña como profesor en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Estos son los segundos comicios que enfrenta Alberto Fernández en su vida, y su primera postulación presidencial. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).
Estos son los segundos comicios que enfrenta Alberto Fernández en su vida, y su primera postulación presidencial. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).

A pesar de sus muchas décadas de experiencia política, las de este año serán apenas los segundos comicios que enfrenta en su vida.

La única otra vez que se sometió al voto popular fue en 1999, cuando postuló por —y obtuvo— un escaño como legislador de la Ciudad de Buenos Aires. Pero no fue con el kirchnerismo.

Esa fuerza recién surgiría a nivel nacional tres años más tarde, cuando el entonces ignoto gobernador de la patagónica provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, llegó inesperadamente a la presidencia, en la primeras elecciones tras la debacle económica del 2001.

Antes de ser parte de esa nueva fuerza, Fernández integró la Alianza Encuentro por la Ciudad, liderada por Domingo Cavallo, el polémico exministro de Economía de Carlos Menem, considerado el autor intelectual de la “convertibilidad” (que ató el peso argentino al dólar estadounidense) y hoy denostado por gran parte del peronismo.

Irónicamente, Kirchner llegó a la presidencia venciendo a Menem, quien renunció a participar en una segunda vuelta electoral.

Primer kirchnerismo

A pesar de que Kirchner contaba con un respaldo electoral de menos del 23% —lo que sacó en primera vuelta— y que el país salía de la peor crisis económica de su historia, esa primera etapa del kirchnerismo se caracterizó por sus éxitos económicos.

Ayudado por el récord de los precios de las materias primeras y el boom de la soja, Argentina repuntó e incluso logró lo que muchos consideran una de las mayores hazañas económicas: los llamados “superávit gemelos”; es decir, balances positivos en las cuentas fiscales y de comercio exterior.

Es algo que Fernández ha resaltado durante su campaña: “En el 2003, era un país destruido y claudicante. Cuando veo este presente, que se parece tanto al país que recibimos en el 2003, no le tengo miedo porque volveremos a hacer lo que ya hicimos”, dijo al diario La Prensa.

Fernández llegó al poder en 2003, como el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).
Fernández llegó al poder en 2003, como el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).

Sin embargo, sus críticos le adjudican responsabilidad en algunas de las decisiones más controvertidas del primer período kirchnerista; por ejemplo, la intervención del organismo que mide la inflación, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que a partir del 2007 empezó a publicar cifras muy cuestionadas.

Fernández ha tomado distancia de esa controversia, criticando la intervención y asegurando que se opone a la manipulación de las estadísticas.

De enemigos a socios

Muchos tampoco logran conciliar el hecho de que Fernández se haya convertido en aliado político de alguien a quien criticó duramente en el pasado.

De hecho, poco después de que la exmandataria anunciara que Fernández y ella serían candidatos a presidente y vicepresidente, las redes sociales explotaron con memes recordando muchas de las críticas que él le dedicó a su hoy socia política.

Es definitivamente un mal gobierno, donde es muy difícil encontrar algo ponderable”, dijo Fernández en el 2015 sobre el segundo período presidencial de “CFK”.

El político, que dos años antes se había aliado en contra de Cristina Kirchner con el hombre que lo reemplazó como jefe de Gabinete, Sergio Massa —otro excrítico que hoy forma parte del Frente de Todos— cuestionó el “cepo” (las restricciones cambiarias) y el hecho de que “la pobreza aumenta y se niega su existencia”.

Su acción institucional es deplorable, todo lo que hizo en materia judicial es deplorable”, dijo también sobre su actual compañera de fórmula.

Pero quizás el cuestionamiento más duro fue cuando a comienzos del 2015 escribió una columna de opinión en el diario La Nación, acusando a la entonces mandataria de haber tratado de encubrir a los autores del peor atentado en la historia argentina, la voladura de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el 18 de julio de 1994.

Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán sólo buscó encubrir a los acusados”, escribió sobre un controvertido pacto que firmó la entonces mandataria.

Fernández renunció como jefe de Gabinete de Cristina Kirchner siete meses después de haber jurado en el cargo y se convirtió en un fuerte crítico de la exmandataria. (Foto: AFP).
Fernández renunció como jefe de Gabinete de Cristina Kirchner siete meses después de haber jurado en el cargo y se convirtió en un fuerte crítico de la exmandataria. (Foto: AFP).

También la acusó de encubrir la corrupción de su vicepresidente”, Amado Boudou, hoy preso por ese delito.

Ahora Fernández considera que se trató simplemente de un “error garrafal del gobierno de Cristina”.

También ha asegurado que de ganar las elecciones no volverá a implementar ni las medidas polémicas —como el “cepo” o la intervención del Indec— ni las formas de estilo autoritario —como el enfrentamiento con la prensa— que caracterizaron al gobierno de su actual vice.

¿Quién gobernará si ganan?

No obstante, muchos en Argentina se preguntan quién gobernará realmente si el kirchnerismo vuelve al poder. Después de todo, nunca antes ocurrió que una candidata a vicepresidenta anunciara quién sería su compañero de fórmula.

Fernández se molesta cuando es consultado al respecto. “El presidente voy a ser yo”, repite. Además, resalta que el Frente de Todos está compuesto de muchos otros políticos que en su momento también fueron muy críticos con Cristina Kirchner.

Para el politólogo y profesor universitario Facundo Cruz, la capacidad de unir a personas que piensan diferente es una de las características que definen a Fernández.

“Es un constructor de la política”, le dijo a BBC Mundo.

Fernández se construyó políticamente sobre tres pilares: la creación de consensos políticos, el pragmatismo y el conocimiento de la política del Estado.

“Conoce al Estado como nadie, después de haber trabajado más de 30 años en distintos lugares”, afirmó.

La dinámica de poder en caso de un triunfo del Frente de Todos genera mucha especulación en Argentina. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).
La dinámica de poder en caso de un triunfo del Frente de Todos genera mucha especulación en Argentina. (Foto: Getty Images, vía BBC Mundo).

No obstante, resaltó que fuela designación de Cristina Kirchner la que le dio la legitimidad que estaba necesitando.

A pesar de ello, el analista político Gustavo Dufour, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, descarta que, de alcanzar la presidencia, Fernández se convierta en una especie de marioneta de la exmandataria, como advierten sus detractores.

Argentina es un país presidencialista. El presidente tiene recursos institucionales que el vicepresidente no tiene”, aclaró.

“Aunque Fernández no tiene capital político propio si llega al poder, la organización entre organismos del Estado favorecerá que pueda ejercer la presidencia con autonomía”, anticipó.

Cruz agrega que incluso podría revertirse el balance del poder: “Si Fernández llega a conseguir un caudal de votos superior al que obtuvo Cristina Kirchner durante sus presidencias (su máximo fue 54% en el 2011), el 27 de octubre podría nacer el ‘albertismo’”, señaló.



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