Casi desde que asumió la presidencia de Colombia, en agosto del 2022, Gustavo Petro ha repetido que existe un plan en marcha para sacarlo del poder. Esta semana eligió las tradicionales marchas del miércoles 1 por el Día del Trabajo -en las que la participación de un jefe de Estado es inusual- para insistir en ello. “Si van a intentar un golpe enfrentarán al pueblo en las calles”, dijo ante una multitud reunida en la emblemática Plaza de Bolívar, en Bogotá.
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Se ha vuelto un discurso manido, especialmente en los últimos meses. “¿Por qué conspiran para un golpe de estado? Porque les aterroriza que acabemos la impunidad. La verdad los acobarda tanto que van al desespero”, escribió Petro en X en mayo del 2023 cuando enfrentaba protestas contra sus reformas.
Un mes después, el mandatario habló de un “golpe blando” para diezmar en el Congreso al Pacto Histórico, la coalición de izquierdas de la que forma parte. Más recientemente, volvió a usar la expresión luego de que el Consejo de Estado anulara la elección del senador Roy Barreras por doble militancia.
“Se han dado cuenta que le están quitando los votos de los congresistas del Pacto Histórico suspendiéndolos con órdenes administrativas? Es decir están cambiando de facto la representación política en el Congreso que el pueblo eligió. Le quitaron al Pacto la presidencia del Congreso y ahora sus votos. Es el golpe blando”, dijo en X.
Una característica importante de esta retórica es que Petro no habla de un golpe militar. El mandatario enfatizó el miércoles que “no es con los tanques de guerra sobre el palacio presidencial” que se busca sacarlo del poder, sino que se “está cocinando” un “golpe blando” centrado en acusaciones políticas y judiciales contra él.
¿Hay fundamento?
Petro vincula el supuesto intento de golpe en su contra a las investigaciones por posibles violaciones de los topes electorales en su campaña electoral del 2022.
“Quieren decir ahora que el movimiento popular, el Pacto Histórico y el candidato Petro superaron los topes porque el sindicato de los maestros de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) aportó un dinero al partido político Colombia Humana”, declaró Petro.
Petro afirmó además que hay diferencias en la financiación de las campañas presidenciales y cargó contra su antecesor, el expresidente Iván Duque al asegurar que este fue financiado con dinero ilícito del fallecido narcotraficante José Guillermo Hernández, conocido como ‘Ñeñe Hernández’.
Los organismos de investigación y control del país adelantan varias investigaciones por la presunta financiación ilegal de campañas a funcionarios del Gobierno, incluido el hijo del presidente, Nicolás Petro.
El lunes último la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación contra los 20 senadores del Pacto Histórico por supuestas irregularidades cometidas durante la campaña en la que fueron elegidos congresistas en el 2022.
Néstor Restrepo Echavarría, doctor en Política, Comunicación y Cultura, y coordinador de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad EAFIT (Medellín), señala que la retórica del golpe no es nueva en Petro, quien -considera- se apoya en ella ante la debilidad de su gobierno.
“Petro es un presidente con problemas serios de gobernabilidad porque no ha sido capaz de consolidar un gobierno que pueda llevar a cabo sus reformas y que ha sido débil para hacer coaliciones en el Congreso. Desde esa lógica aparece la retórica tan latinoamericana de que cuando un gobierno es débil se dice que le quieren hacer un golpe”, dice a El Comercio.
Sin embargo, apunta que existe una oposición fuerte al presidente desde varios sectores que en este momento hablan de un ‘impeachment’ por la financiación de la campaña y que buscan llevarlo a un juicio político.
“Lo que existe es un bloqueo hacia el gobierno de Petro por parte de un Congreso que no está caminando a su favor. Es cierto que hay muchos grupos de interés que hablan de sacar al presidente porque no aceptan su gobierno, pero en este momento es impensable. No hay fundamentos”, apunta.
Eleva el tono
Petro aprovechó el discurso del miércoles para lanzar dardos contra sus rivales políticos y hablarle a sus bases en medio de un ambiente de creciente polarización, una intervención en la que el mandatario “radicalizó” su discurso, según el diario “El Tiempo”.
“La inédita participación de un gobernante en la tradicional jornada del 1.º de mayo le sirvió de plataforma para mostrarse radical, con una narrativa similar a los inicios de la polarizada campaña electoral de hace dos años”, señala el medio.
En Colombia, una de las partes más altisonantes de la alocución de Petro fue aquella en la que anunció la ruptura de las relaciones con Israel por “tener un presidente genocida”, en referencia a la ofensiva israelí en la franja de Gaza.
Restrepo señala que Petro es de los últimos políticos que tiene un discurso que privilegia la plaza pública, por lo que las marchas del 1 de mayo fueron el escenario perfecto para él. “Su estrategia fue enfrentar su debilidad gubernamental con lo que más sabe hacer: utilizar la plaza pública. Él pudo romper las relaciones con Israel la semana pasada, pero no lo hizo, eligió hacerlo ante las centrales obreras y sindicatos y ante un público afín a sus políticas. Lo hizo con un interés político”, considera.
Cuatro expresidentes colombianos, incluido el Nobel de Paz Juan Manuel Santos, consideraron que la decisión traerá consecuencias negativas al país.
“Las relaciones con Israel están basadas en una lógica muy comercial, sobre todo en cuanto a las armas. Yo no sé qué tanto esto se quede en una pelea pasajera y qué tanto el dinero pueda hacer que todo se restablezca. Colombia le compra armas y municiones a Israel y tiene un negocio con los aviones también”, explica Restrepo.