Renzo Giner Vásquez

Algunos tenían que esperar cinco horas en la cola. Otros preferían ir de madrugada y aguardar a que la gasolinera abriera, si ese día decidía hacerlo. Tal fue la situación que entre fines de la semana pasada y mediados de esta vivieron los argentinos que necesitaban cargar de combustible sus vehículos.