El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó la mañana del miércoles 18 a Israel para reunirse tanto con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, como con el presidente Isaac Herzog en el marco de la guerra que sostiene el país hebreo con la organización terrorista Hamás.
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La visita de Biden, la primera que realiza un mandatario estadounidense a Israel en estado de guerra, estuvo precedida por la tragedia del Hospital Bautista Al-Ahli, en la ciudad de Gaza, registrada la noche del martes 17. Según el Ministerio de Salud gazatí, la explosión dejó unos 500 muertos, mientras que el director del hospital Al Shifa calculó en 250 el número de decesos. Tanto Israel como Hamás se culpan mutuamente de ser los autores de la tragedia.
Un primer efecto de la visita del mandatario norteamericano es que Israel anunció que permitirá a Egipto entregar cantidades limitadas de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, por primera vez en 10 días de sitio del territorio.
La oficina del primer ministro Netanyahu dijo que se aprobó la decisión por pedido y a instancias de su visitante. Dijo que Israel “no impedirá” la entrega de agua, alimentos y medicamentos desde Egipto mientras estos suministros se limiten a los civiles en el sur de la Franja de Gaza y no sean para milicianos de Hamas. El comunicado no mencionó el combustible, que también escasea.
No estaba claro cuándo comenzaría a arribar la ayuda. En el cruce de Rafah, la única conexión de Gaza con Egipto, los camiones cargados de ayuda esperan desde hace días. Pero este cruce tiene una capacidad limitada, y Egipto dice que los ataques aéreos israelíes lo han dañado.
La tragedia en el hospital de Gaza conllevó, sin embargo, un segundo efecto para la visita de Biden, esta vez negativo. Y es que se canceló la reunión que celebraría el jefe de Estado de EE.UU. en Jordania con el rey de dicho país, el presidente de Egipto y el representante de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, quien gobierna en Cisjordania. Biden tenía originalmente previsto viajar de Tel Aviv a Amman, la capital jordana, para esa cita a cuatro bandas y escuchar también la voz del gobierno palestino. Pero Jordania anuló el encuentro tras el ataque.
Apoyo incondicional, pero con ayuda humanitaria
Durante su reunión con Netanyahu, Biden borró cualquier duda que podría existir sobre el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel. “Continuaremos trabajando con ustedes y nuestros socios a través de la región para evitar más tragedias de civiles inocentes”, dijo el líder demócrata, quien también se refirió a la tragedia del hospital asegurando que “a tenor de lo que he visto, parece que fue obra del otro equipo, y no de ustedes”. El líder hebreo, por su parte, aseguró que su país “hará todo lo posible” para evitar la muerte de civiles.
Hamás, que controla la franja, acusó a Biden de “respaldar ciegamente la narrativa sionista” en referencia a quién sería el responsable de la tragedia en el hospital Al-Ahli.
“El hecho de que el presidente Biden haya adoptado completamente la narrativa de la ocupación (israelí), especialmente en lo referente al Hospital Bautista, solo confirma que el Gobierno Estadounidense está ciegamente sesgado a favor de la ocupación y es un cómplice directo y un apoyo (a Israel) en esta masacre” aseguró Hamás.
Al respecto, el analista internacional Francisco Belaúnde Matossian opina que el impacto diplomático para Estados Unidos será considerable. “Es un viaje que empezó mal. Tenía ese proyecto de no solamente reunirse con los israelíes sino también con el rey de Jordania, el señor Abbas y el presidente de Egipto para mostrar que también está preocupado por los palestinos. No haberlo hecho debilita su viaje desde el punto de vista diplomático, porque ahora parece, por lo menos para los palestinos y para el mundo árabe, que Estados Unidos está totalmente del lado de Israel. Entonces, no se puede hablar de un viaje exitoso si la intención suya era tratar de mantener un cierto equilibrio”, explica.
Una opinión distinta es la que tiene el especialista en terrorismo islámico y en geopolítica del Medio Oriente Gabriel Ben Tasgal, quien considera que ni a Jordania, ni a Egipto ni a la Autoridad Nacional Palestina les resultaría conveniente enfrentarse a Israel por su ofensiva contra Hamás.
“Sinceramente, creo que la autoridad palestina ni Egipto o Jordania están interesados en apoyar a Hamás. La autoridad palestina fue expulsada por Hamas de la franja de Gaza en el año 2007 y de una vez quiere que le devuelvan ese territorio que ahora domina Hamas y además quieren evitar que Hamas los derroque en Cisjordania. Por lo tanto, van a protestar en contra de Israel y acusar a Israel, pero no van a protestar porque Israel combate contra Hamas. La estrategia de la autoridad palestina es combatir a Israel pero en la vía legal”, asegura.
“Egipto es un aliado directo de Israel y por un lado tiene que quedar bien con el mundo árabe, pero no quiere ni siquiera permitir que habitantes de la franja de Gaza entren en su territorio porque el enemigo del presidente de Egipto es la Hermandad Musulmana. Y la Hermandad Musulmana en las calles palestinas se llama Hamas. Jordania es un país especialmente débil en donde el rey está en contra del 70% de la población, que son palestinos. Hoy en día Jordania recibe gas y recibe agua del estado de Israel, no está interesado en proteger al Hamas”, agrega.
El veto estadounidense en la ONU
Esta sensación de que Estados Unidos solo estaría del lado israelí -lo cual podría acarrear serios problema diplomáticos según Belaunde Matossian- se ve reforzada por la votación que realizó el mismo miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU. La representación estadounidense votó en contra de la resolución que pedía declarar “pausas humanitarias” en los combates en Gaza y condenaba los ataques a los civiles de todas las partes.
La resolución, que había evitado el llamamiento a un alto al fuego para ganar precisamente el apoyo de EE.UU., fue apoyada por doce de los miembros del Consejo (China y Francia incluida), mientras que Rusia y el Reino Unido se abstuvieron y solo Estados Unidos votó en contra, por lo que la resolución no se adoptó debido a su derecho de veto.
Este es el segundo intento fallido del Consejo de Seguridad de tomar una acción común para frenar los combates en Gaza, después de que Rusia presentara otra resolución el pasado lunes pidiendo un alto el fuego inmediato, vetado entonces por EE.UU., Reino Unido y Francia por no mencionar específicamente a Hamás.
La embajadora de EE.UU., Linda Thomas-Greenfield, explicó sus razones para vetar la resolución presentada por Brasil: “EE.UU. deplora que la resolución no mencione al derecho de Israel a la autodefensa: como cualquier nación del mundo, Israel tiene un derecho inherente a defenderse”.
Un mensaje para Irán y Hezbolá
Contrario a lo que mencionaba Belaúnde Matossian, Ben Tasgal considera que la visita de Biden tuvo un balance positivo. Según explicó a El Comercio esto se debe a que el mandatario estadounidense “no vino a promover la paz entre Israel y la franja de Gaza”.
“Biden vino a tres cosas diferentes. Vino a asegurarse que Israel va a tomar medidas para salvar a la población civil de Gaza a través de un corredor humanitario, de electricidad y de agua, y a presionar a Egipto para que haga lo mismo. Vino, además, para demostrarle a Irán que no se atreva a entrar, porque sino Estados Unidos va a salir a la defensa de Israel. Y, por último, vino también a asegurarse de que sigue en pie el acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita, que sería el único logro diplomático serio de la Administración Biden”, argumenta.
Desde los atentados terroristas del 7 de octubre Israel ha culpado a Irán de apoyar a Hamás en perpetrarlos. Además, luego de la contraofensiva lanzada sobre la franja de Gaza, el grupo chiita que controla el Líbano y depende directamente de Irán, Hezbolá, ha realizado una serie de disparos de misiles hacia el norte de Israel y llamado a un día “de ira sin precedentes” contra los judíos.
Belaúnde Matossian opina que si bien la visita de Biden podría mantener una intención disuasoria, la reacción tanto de Hezbolá como de otros actores regionales dependerá de lo que suceda en Gaza dentro de los próximos días.
“Entiendo por lo que se ha leído en varios medios que Estados Unidos ha mandado mensajes directos a Irán para que no se meta, porque obviamente Hezbolá es un grupo creado y financiado por Irán. Lo que sucede es que eso va a depender mucho de lo que suceda en Gaza. Si se ve sufrimiento, digamos, cada vez mayor de la población en la franja, será complicado para Hezbolá no intervenir, porque Hezbolá es como un defensor de la causa palestina. Y si finalmente se ve que el sufrimiento de la población de Gaza se vuelve cada vez peor, le va a ser complicado no intervenir aun si las consecuencias que acarree sean terribles”, explica.
La paz entre Israel y Arabia Saudita
Durante los últimos años Israel había mostrado grandes avances en su acercamiento diplomático al mundo árabe. En ese sentido, los Acuerdos de Abraham firmados en el 2020 y que declaraban la paz entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos, se anotaba como un gran logro en la región.
En la misma línea, los hebreos sostenían conversaciones privadas con el reino de Arabia Saudita buscando firmar la paz. Precisamente este año ambas naciones iniciaron las conversaciones públicas y los avances eran prometedores pues incluyeron la visita de dos ministros hebreos al reino árabe por primera vez en su historia.
El conflicto con los palestinos, sin embargo, siempre ha sido el gran obstáculo para que se concrete ese acuerdo de paz. Debido a ello, la guerra actual podría echar por tierra cualquier esperanza de que se concrete.
“La opción de firmar la paz se ha caído por lo menos durante un tiempo. Arabia Saudita ha criticado mucho a Israel (tras los bombardeos a Gaza)”, acota Belaúnde Matossian. “Este era un gran objetivo tanto para Israel como para Arabia Saudita, debido a que ambos son enemigos de Irán, y también para Biden. Esta guerra va a significar de repente que Israel entre otra vez a una fase de aislamiento como la que estuvo hace mucho tiempo, antes de que varios países árabes los reconocieran”.
Para Biden dicho acuerdo es extremadamente importante, pues “sería el único logro diplomático serio conseguido durante su administración”, asegura Ben Tasgal, quien aún se muestra optimista al respecto. “Yo creo que el acuerdo entre Israel y Arabia Saudita es irreversible. Arabia Saudita tiene un problema muy serio con Irán y necesita una alianza con alguien fuerte para combatir a Irán. Y también creo que Arabia Saudita vive, al igual que todo el mundo, en un periodo de tiempo post-petrolero. Entonces necesita hacer alianzas con países tecnológicos y con países que le pueden ayudar a diversificar su economía. Entonces no creo que este hecho influya demasiado y creo que sí, después de un tiempo, van a volver los diálogos”, asegura.
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