No es una regla fija, aunque es cierto que es muy común ver a jugadores gambeteadores de tallas bajas, como Lionel Messi y Diego Maradona. Por el contrario, ver jugadores altos y habilidosos genera extrañeza, al punto de que se repite un mote que estrellas como el noruego John Carew, el ya retirado delantero checo Jan Koller y el inglés Peter Crouch van heredando: “el gigante que sabe con los pies”. De hecho, la baja estatura ayuda al otorgar un centro de gravedad bajo al jugador, como en el caso de los argentinos citados, lo que brinda estabilidad, balance y equilibrio.
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