La insiste que en su gobierno se ha hecho mucho más que en todos los anteriores, pese a que el suyo será más breve. Coincido. Hemos tenido regulares y malos presidentes, pero la capacidad destructiva de ella es insuperable. No por nada tuvo casi 500 días para aprender cómo hacerlo cuando era ministra de .

Dos ejemplos de esta semana: el Proyecto Especial Legado creado para salvaguardar lo invertido en los Panamericanos del 2019 fue –y debiera seguir siendo– un orgullo para el país. Una infraestructura que nunca habíamos tenido para el desarrollo de todas las disciplinas deportivas, se ha resguardado del deterioro por más de un lustro; esto en un país en que preservar lo hecho no es precisamente una virtud.

Ello ha permitido a cientos de nuestros deportistas destacar en torneos internacionales, muchas veces con sede en Lima. Fue por ello que, cuando Barranquilla fue descalificada como sede para los del 2027, se decidió trasladarla a nuestra ciudad capital.

Pues, de la noche a la mañana, lo han cerrado y han pasado sus funciones al Instituto Peruano del Deporte (IPD), dependiente de uno de los dos ministros engreídos de la presidenta.

En este caso, Morgan Quero del Minedu, que tiene bajo su égida al IPD, organismo que desde hace mucho tiempo anda de tumbo en tumbo. Algo muy turbio podría estarse gestando con ese extraño, contraproducente y precipitado cambio, más si recordamos que se ha denunciado que el hermanísimo de la presidenta tiene no poca influencia en el IPD.

El otro es el infaltable e inamovible ministro Santiváñez. El Sinadef del Ministerio de Salud registra los certificados de defunción de manera electrónica y, bajo la responsabilidad del médico firmante, el ministro del Interior trata de esconder su rotundo fracaso diciendo que las cifras que produce son falsas.

Su más reciente choque con la verdad es sostener que no hay aumento de los homicidios dado que muchos accidentes de tránsito se registran como si fueran homicidios, en particular cuando el chofer estuvo ebrio.

Ya el Minsa ha aclarado que son rubros que están registrados en columnas independientes. Deberían también explicarle al ministro que, en el supuesto negado que así fuese, lo mismo habría tenido que ocurrir en el 2023 (¿o acaso no hubo borrachos al volante también en ese año?). Así, su peregrino argumento no hace sino ratificar que los homicidios (“incluidos los de los borrachos”) aumentaron en 34% con respecto del 2023.

Peor enredo aún. El Sinadef registra más de 200 homicidios para enero del 2025. Nosotros, en el Observatorio del Crimen y la Violencia, documentamos con lugar y fecha cada uno, registramos 173, cifra muy cercana a la del Sinadef. Pero como el ministro ha declarado que a los civiles no se les responde, quizás sí comente lo dicho por Erick Fernando Caso Giraldo, nada menos que jefe del Gabinete de Asesores de la Alta Dirección del Despacho Ministerial.

Cito textualmente a RPP: “Respecto a los homicidios, Caso apuntó que su incidencia aumentó en un 8% el año pasado; sin embargo, de setiembre del 2024 a enero del 2025 la cifra se redujo en un 18%, pasando de 234 a 193 casos por mes. O sea, siete menos que el Sinadef”.

Se puede discutir la consistencia de cada argumento de sus declaraciones, incluso la de esa cifra, pero eso fue lo que el susodicho dijo para defender la gestión de su ministro.

Si Quero consiguió acabar con Legado para dárselo a un incompetente IPD, Santiváñez logrará que el Sinadef “corrija sus cifras”, para que cuadren con las del Sidpol, quizás hasta con un mea culpa por parte del ministro de Salud por favorecer al crimen con información falsa.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Carlos Basombrío Iglesias es analista político y experto en temas de seguridad

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