Días atrás, el Congreso recordó que tenía años sin cumplir con una obligación y finalmente nombró a los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Fuentes anónimas nos señalan que ese día se habría escuchado el sonido de botellas de champán siendo descorchadas en la oficina de Óscar Urviola, presidente del TC y único magistrado sin mandato vencido, aunque la información no ha sido confirmada.
El órgano de prensa del TC ha señalado que en diez días juramentarán los nuevos magistrados. Mientras tanto, cientos de sentencias siguen siendo firmadas por los salientes, como quien se despide del cargo. En paralelo, una serie de abogados ha enviado sus sugerencias al TC para estos días de transición.
La primera sugerencia sería que desconecten las impresoras. Ello debido solo a un tema de ecoeficiencia: se podrían salvar muchos árboles si no se imprime nada en, digamos, unos diez días. La segunda sugerencia es una revisión masiva de lapiceros, con el único propósito de auditar –durante diez días– que todos estén en buenas condiciones. Finalmente, señalan que no caería mal echarle una manito de pintura al TC, para empezar la nueva etapa. Durante dicho proceso –que podría tomar, calculan, unos diez días– la institución debería suspender sus actividades.
Si bien no hay un pronunciamiento de la institución sobre las sugerencias, se habría visto ayer al doctor Urviola visitando ferreterías. Llamó la atención la sonrisa en su rostro.