A la quinta vez que mi esposa me contó que, luego de un mes, todavía no le entregaban un producto comprado por Internet entendí que, al igual que en mi casa, muchas empresas están perdiendo con el e-commerce mucho más de lo que creen ganar con él. Ello, por no notar que, mucho más que un tema de sistemas y comunicaciones, el e-commerce implica decisiones sobre toda la estrategia empresarial.
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