"El principal problema de Keiko no ha sido la pica tras perder las elecciones, sino la crisis de identidad política [...]". (Foto: Anthony Niño de Guzmán/El Comercio)
"El principal problema de Keiko no ha sido la pica tras perder las elecciones, sino la crisis de identidad política [...]". (Foto: Anthony Niño de Guzmán/El Comercio)
Fernando Vivas

Fueron necios e indecisos. De saque, dijeron que sí a reformas y referéndum, pero se comieron el afán. Si el rival había hecho una buena apuesta y ellos tenían buenas cartas –más de 60 votos en el – bien pudieron decir, “¡pago el pozo y apuesto tres proyectos reformistas más!”. Pero no, dieron ‘like’ mientras cruzaban los dedos detrás de la espalda.

Ejemplos de lo que pudo y aún puede ofrecer como réplica a y legado al país: financiamiento público de campañas (la principal causa de corrupción y judicialización de los partidos es el dinero sucio que ingresa para pagar sus carísimas candidaturas); eliminar vallas de número de firmas para inscribir partidos y aumentar restricciones al uso de vientres de alquiler; no a la inmunidad de congresistas, jueces y fiscales supremos que vaya que nos está costando (por cierto, el Comité Ciudadano por el Referéndum va a incluir ese tema cuando empiece a recolectar firmas). Y esto solo para hablar de reforma política.

Sí, ya sé, le estoy pidiendo fresas al naranjo. FP privilegia los intereses de sus contrarreformistas huestes congresales a su “Plan Perú”, ese libro de promesas de gobierno que ya ni siquiera mencionan y que bien pudo traducirse en un plan legislativo. Derrotaron ex post a PPK pero están sucumbiendo ex ante al 2021. El principal problema de Keiko no ha sido la pica tras perder las elecciones, sino la crisis de identidad política, el dilema entre entregarse al conservadurismo extremo o a la moderación liberal, entre indultar o acabar de matar al padre, entre obstruir y pactar.

La factura por los dilemas irresueltos o mal resueltos es muy alta. Hoy FP sí está decidida a apoyar reformas y referéndum porque no es solo Vizcarra, sino la calle la que los ha puesto contra las cuerdas. Por mínima coherencia, tienen que dar la confianza al Gabinete pues ya la dieron en la práctica con su apuro proactivo en estos días de chamba productiva.

A FP le queda por delante el trance de empezar a abandonar su zona de confort político, la de sus comisiones y su pleno con mayoría, para explorar la calle donde se les quiere mal. Los próximos resultados electorales regionales y municipales van a ser, quizá, tan crueles como las encuestas.

Y en medio de la crisis de aprobación, que es generalizada pero tiene una excepción en Vizcarra y un énfasis particular en FP, los tendrán que reinventarse sin haber terminado de definirse. Para varios de ellos, los más saltimbanquis, queda la vía de saltar por la borda. ¿Qué les ofrece Keiko para el 2021? El dominio del Congreso, mal ejercido, comprometió seriamente su futuro. Tienen, si hoy prima la cordura, dos años y medio y cinco legislaturas para darse confianza a sí mismos.