Los resultados de la última Evaluación Censal de Estudiantes (ECE), aplicada en el 2016 por el Ministerio de Educación, no fueron nada alentadores: solo el 46,4% de los estudiantes de segundo grado de primaria alcanzaron un nivel satisfactorio en lectura. En cuarto de primaria, incluso, la cifra fue aún más baja: 31.4%. Según el Instituto de Estadística e Informática, en ese mismo año, 8 millones 668 mil alumnos fueron matriculados en el Sistema Educativo Nacional. Es decir, casi 4 millones de estudiantes no comprendía lo que leía. Esto equivale a llenar 80 veces el Estadio Nacional. O conformar más de 333 mil equipos de fútbol.

Hugo Ñopo, economista e Investigador Principal en el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), explica que las deficiencias en la en los niños peruanos es consecuencia en gran parte de la pobreza y las brechas sociales. “Ya en los mil primeros días de vida de una persona, cuando se forma nuestro cerebro, los niños más pobres tienen menos oportunidades. Poseen un bagaje de palabras mucho más limitado, por ejemplo”, señala. Esto se traduce en menores oportunidades para adquirir habilidades de comprensión lectora cuando el niño tenga que ir al colegio.

Con estas interrogantes y reconociendo que existe un problema de fondo en un aspecto que es fundamental para nuestro desarrollo como sociedad y como país, el Grupo El Comercio realizó un experimento que reunió a nueve niños de entre 10 y 12 años, para evaluar sus capacidades de comprensión lectora. Los resultados no fueron alentadores: luego de concluir las cuatro pruebas, solo una de éstas fue superada por todos. Es decir, solo el 25% aprobó.

Para cada prueba, se dividieron en equipos de tres personas. Ningún grupo superó la prueba de “estructura de la noticia. Solo uno logró armar correctamente tres oraciones de un total de cinco, y otro reconoció casi la totalidad de adjetivos y la mitad de sustantivos. Finalmente, solo después de debatir con sus compañeros, los tres grupos pudieron superar la prueba de lectura.

Si miramos más allá del Perú, los resultados de la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) nos muestran que tenemos enormes brechas frente a gran parte del mundo. Según los resultados de la última prueba PISA (2016), el Perú es el país con el mayor porcentaje de estudiantes de 15 años que no superan el promedio establecido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en lectura: 60%.

La prueba PISA es importante porque la realiza la OCDE, y es tomada en cuenta para decidir sobre los países que integran o serán parte de esta organización. En este punto, debemos recordar que al 2021, año de nuestro Bicentenario, el Perú se ha propuesto formar parte de este grupo de naciones desarrolladas. ¿Será posible esto si nuestro país continúa invirtiendo —como señala el Ministerio de Economía y Finanzas y el de Educación— tan solo 2.819 soles anualmente por alumno, a nivel primaria?

Sobre la inversión en este sector, el Banco Mundial señala que el Perú invierte en Educación solo el 3,9% de su Producto Bruto Interno (PBI) —el menor porcentaje en Sudamérica—, mientras que Argentina invierte el 8%. Y otros países vecinos, como Bolivia y Ecuador, el 5,6% y el 5,2%, respectivamente. Aumentar la inversión en Educación es otra tarea pendiente, aún más si consideramos que el presidente de la República Martín Vizcarra, cuando juramentó a su cargo, enfatizó que el apoyo a ésta sería uno de los pilares de su gestión.

Dimensión social

El problema al que nos enfrentamos va más allá del factor socioeconómico o científico. Jéssica Tapia, especialista en Currículo escolar y Evaluación de Aprendizajes, explica que parte del problema es que en el sistema educativo nacional y en la sociedad se deja de lado el significado y la dimensión de la lectura y la escritura como lo que es: una práctica social.

La especialista en Literacidad de Dinámica Centro de Desarrollo, Daniela Chaves, sostiene que “no estamos mirando a la lectura y la escritura con la importancia que tiene en el marco de la cultura. Los textos no son estáticos”. Chaves afirma que en las escuelas no se está trabajando para leer y entender los textos bajo situaciones reales, en su uso social. “Por ejemplo, ¿estamos formando niños que son capaces de entender una noticia? No los estamos preparando para eso”, reflexiona.

“Mejorar las habilidades de comprensión lectora nos da la posibilidad de entendernos mejor como sociedad. Nos da la capacidad crítica de elegir mejores gobernantes y de ejercer mejor nuestra ciudadanía. Además, contribuye a impulsar la productividad del país y su crecimiento económico”, complementa Ñopo.

Profesores innovadores

El maestro continúa siendo una pieza clave para revertir esta situación. Y si hablamos de excelencia docente, el huaracino Juan Cadillo es quizá uno de los mejores ejemplos en el Perú. Él fue elegido en el 2017 como uno de los 50 mejores profesores del mundo en el concurso “The Global Teacher Prize”, premio anual de la Fundación Varkey que es entregado a un docente innovador y comprometido que haya tenido un impacto inspirador en sus alumnos y en su comunidad.

Cadillo, quien hoy también es consultor en temas educativos de la Fundación Telefónica, desarrolló en el 2014 “Cuentacuentos”, una plataforma web que combina texto, audio e imagen en movimiento que permite que los estudiantes creen sus propios cuentos ilustrados y lean los de sus compañeros. Con ello, sus alumnos de primaria del colegio Jesús Nazareno de Shancayán, en Huaraz, se interesaron realmente por la lectura y la escritura.

Luego de esta experiencia, la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2014 a nivel primario en Huaraz alcanzó un nivel satisfactorio de 43,3%, casi el mayor en toda la región Áncash, y solo un 0,2% menor al promedio a nivel nacional ese año.

“Tenemos que construir una sociedad lectora”, plantea Juan Cadillo. “Con maestros y padres que gusten de la lectura e innoven, que sean creativos a la hora de enseñarles a sus alumnos o a sus hijos”.

Con creatividad y compromiso se puede impulsar la comprensión lectora entre nuestros estudiantes. Y es que no todo está perdido. Algunos avances ya hemos tenido. Entre el 2007 (primera medición) y el 2016 (última medición) se dio una diferencia muy grande en la ECE: si en el 2007, solo uno de cada seis estudiantes comprendía lo que leía, para el 2016 la cifra mejoró a uno de cada dos. Nuestro bajo nivel de comprensión lectora representa un problema que todos debemos entender y asumir. Ese es el único camino que podemos seguir para resolverlo.

Acá te dejamos 5 tips para que tus hijos mejoren su comprensión lectora.

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