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Con golpes en la cabeza y cortes en el cuerpo quedaron cuatro personas luego de que un grupo de indígenas de la comunidad de San Lorenzo, en Loreto, se enfrentara a colonos que hace 45 días ocuparon Yachaycuna, el predio que el pueblo amazónico asegura haber comprado en 1985.
La gresca sucedió tras las declaraciones que el abogado Cristóbal Silva Rosa, defensor de los 250 colonos, diera en una radio local. Afirmó que los indígenas no tienen derecho sobre las tierras en disputa (53 hectáreas) y que sus patrocinados son coposesionarios legítimos.
La historia de este conflicto se inició el 5 de diciembre del 2014, cuando un grupo de comerciantes se instaló en el lugar, aprovechando que dirigentes de la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de San Lorenzo (Corpi) participaban en la COP 20, en Lima.
El apu Marcial Mudarra, presidente de Corpi, dijo que sus “tierras fueron invadidas”, porque cerca, en el río Marañón, se construirá un muelle. “Ellos quieren construir allí sus grifos y sus tiendas. Pedimos que las autoridades intervengan para evitar un derramamiento de sangre”, señaló en diálogo con El Comercio.
Por su parte, la defensa de los comerciantes argumentó que sus patrocinados son coposesionarios, porque la comunidad Bristol les cedió parte de sus terrenos. Asegura que los pobladores de Bristol –y no los de San Lorenzo– son los legítimos posesionarios, porque allí viven hace más de 30 años y hasta tienen su propio cementerio.
RIESGO DE NUEVO ENFRENTAMIENTO
Abogados y relacionistas comunitarios del Viceministerio de Interculturalidad viajaron a la zona para dialogar con ambas partes. La viceministra Patricia Balbuena dijo que la situación es tensa.
“Existe riesgo de un nuevo enfrentamiento, porque Corpi ha movilizado a sus bases para recuperar los que dicen que son sus territorios”, dijo el representante de la Defensoría del Pueblo en Loreto, Diego Reátegui.
En Yachaycuna, los indígenas desarrollaron proyectos de reforestación y siembra de plantas medicinales. Mudarra denunció que los foráneos talaron y quemaron sus plantaciones. El abogado Silva negó el atentado.
