Luego de una paralización de más de 40 días, ayer se volvió a instalar la Comisión de Ética Parlamentaria, pero con algunos cambios. Uno de los más importantes es que la bancada mayoritaria, Fuerza Popular, ya no tendrá la presidencia del grupo. El cargo recae ahora en la legisladora Janet Sánchez de Peruanos por el Kambio.
Ella renunció esta semana a la comisión que investiga los presuntos actos de corrupción en el Gobierno Regional del Callao, debido a cuestionamientos por sus presuntos vínculos con la agrupación Chim Pum Callao, de Félix Moreno, gobernador regional del Callao, y Álex Kouri, ex presidente regional en prisión.
Los portavoces de los grupos parlamentarios también decidieron ampliar de nueve a diez los miembros de la comisión para incorporar a Nuevo Perú, que estará representada por Édgar Ochoa.
Así, el grupo seguirá con cuatro miembros de Fuerza Popular y seis del resto de bancadas: Frente Amplio, Peruanos por el Kambio, Acción Popular, Apra, Alianza por el Progreso y Nuevo Perú.
Otro acuerdo fue retomar los casos pendientes. Entre ellos figuran los de la legisladora Maritza García (por consignar información falsa en su hoja de vida), Yesenia Ponce (presunto tráfico de influencias y prebendas) y la anunciada denuncia contra María Elena Foronda del Frente Amplio por contratar a una sentenciada por terrorismo.
— “No habrá blindaje”—
La nueva titular del grupo afirmó ayer que su gestión estará orientada “a evitar cualquier tipo de blindaje”.
Anunció que una de sus primeras acciones será revisar el reglamento interno de trabajo para que, en caso haya una denuncia contra un miembro de una determinada bancada, su representante en la comisión se inhiba en la deliberación.
La fujimorista Milagros Salazar afirmó que cedieron la presidencia como gesto de transparencia y desprendimiento.
Su colega Yonhy Lescano (AP) replicó que el fujimorismo “no está haciendo un favor” al ceder la comisión y que este grupo de trabajo estuvo mal conducido por dicha bancada.
En opinión del secretario general de Transparencia, Gerardo Távara, la reestructuración de Ética debe ir más allá del cambio en la presidencia. Recomendó que solo haya un miembro de cada bancada, como en el Congreso anterior, “para evitar mayorías predeterminadas”.
Añadió que el equipo técnico de la comisión debe ser seleccionado en base a méritos y no a “confianza política”. Para eso sugirió recurrir a Servir.