A tres días para el fin de la legislatura, las fricciones en el Congreso se volvieron a acentuar. La sesión del pleno de ayer estuvo marcada por los golpes y contragolpes políticos, principalmente entre el presidente de la Mesa Directiva, Daniel Salaverry, y miembros de Fuerza Popular.
La jornada empezó con una medida sorpresiva. Salaverry emitió un decreto de presidencia en el que daba cuenta de que en la agenda fija de la legislatura ampliada decidió incluir un pedido para el retorno de Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel. Estos congresistas fueron suspendidos en junio del 2018 por el pleno mientras dure el proceso penal en su contra por la presunta negociación de votos para evitar la vacancia del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
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Salaverry explicó que, a través de dos documentos de enero y mayo, unos 58 legisladores pidieron que se pusiera a discusión la revocación de la suspensión contra Fujimori, Ramírez y Bocángel.
“Esta legislatura se amplió justamente con un decreto de presidencia y fue esta presidencia la que incluyó los temas fijos a tratarse. Con ese mismo criterio hemos emitido otro decreto de presidencia para incluir ya en la legislatura ampliada, en la agenda fija, un tema más solicitado por un número importante de congresistas”, manifestó.
La decisión generó airadas críticas de distintos parlamentarios. Carlos Tubino, vocero de Fuerza Popular, dijo que aprecia a Kenji Fujimori, pero se expresó en contra de la forma como se pretendía su retorno. “Tenemos todo el derecho de sospechar que alrededor de esto hay intereses por la Mesa Directiva y otras cosas adicionales”, indicó aludiendo a las intenciones reeleccionistas de Salaverry.
En la misma línea se expresó Mauricio Mulder (Apra): “Esto es un tema electoral, seamos claros. Usted es el árbitro y al mismo tiempo jugador, está poniendo la agenda y haciendo el cálculo electoral que le conviene”. Gilbert Violeta (no agrupado) calificó de inoportuno que se debata el asunto.
Quien defendió la iniciativa fue Maritza García (Cambio 21), arguyendo que el reglamento del Congreso contempla los 120 días como máximo plazo de suspensión para un legislador y que aún no existe acusación fiscal contra los tres implicados.
Tras casi dos horas de debate, una votación frustrada por falta de quórum y un receso, la solicitud se rechazó con 39 votos a favor, 43 en contra y 5 abstenciones.
—Reacción—
Durante el receso, se conoció que congresistas de Fuerza Popular y de otras bancadas presentaron una moción de censura contra Salaverry acusándolo de una “conducción personalista y autoritaria” del Congreso “impulsada por su pretensión de reelegirse en el cargo”. El documento ingresó a trámite a las 4:20 p.m.
Hasta el cierre de esta edición, se habían reunido 30 firmas, pero se necesitan 33 para su admisión a debate. Salaverry no dio cuenta de la moción, pese a reclamos fujimoristas, argumentando que “en una legislatura ampliada con agenda fija no se pueden debatir mociones de censura”.
Menos de una hora después, con las firmas de legisladores fujimoristas como Karina Beteta, Héctor Becerril, Mario Mantilla y otros, se presentó una segunda moción de censura contra el titular del Parlamento. En este caso, se le imputa “negligencia” en su desempeño y “sometimiento a los designios de otro poder del Estado”. Esto por la presunta injerencia del primer ministro Salvador del Solar en la denuncia contra Salaverry en la Comisión de Ética, con el supuesto fin de proteger a este último.
Posteriormente, Gilbert Violeta anunció que los portavoces acordaron en una reunión informal retirar las mociones de censura si Salaverry pide disculpas por su actitud y reencamina la agenda parlamentaria.