Las marchas en favor y en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ocurrieron un día antes del inicio de la Cumbre de las Américas. (Foto: Jorge Malpartida/El Comercio)
Las marchas en favor y en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ocurrieron un día antes del inicio de la Cumbre de las Américas. (Foto: Jorge Malpartida/El Comercio)

En sus casi dos años de gestión, el Congreso del Perú ha tenido presente en su agenda los problemas de los países de la región, especialmente de . De las siete mociones de solidaridad aprobadas hasta la fecha, cinco fueron sobre el régimen de Nicolás Maduro.

En agosto del 2016 se aprobó en el pleno la primera moción sobre Venezuela. El pleno expresó su preocupación por la crisis en el país sudamericano. En el debate además se rechazó una moción presentada por el Frente Amplio, que pedía “respetar los mecanismos de diálogo de la Unasur”.

(Composición: El Comercio)
(Composición: El Comercio)

La bancada izquierdista votó en contra de las otras cuatro mociones referidas a la situación en Venezuela, sobre todo las que criticaban el régimen de Maduro.

La ex presidenta del Congreso y actual titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, Luz Salgado, explicó que los documentos aprobados sirvieron para que se analice la problemática de Venezuela en foros internacionales como ParlaAméricas, que promueve la diplomacia legislativa y que ayer culminó su jornada de dos días en nuestro país.

“Las mociones fueron en defensa de la institución del Parlamento porque a nuestros colegas venezolanos les han quitado las oficinas, los sueldos y les han impuesto una asamblea ilegítima”, dijo.
Sobre la postura de la izquierda, Salgado recordó que en varias oportunidades se negaron a llamar “dictador” a Maduro.

—Otros casos—
El Congreso también se ha pronunciado sobre la destitución de diputados opositores en Nicaragua y sobre el acuerdo de paz en Colombia.

Otro caso fue el de Surinam, mediante documento se rechazó que este país haya invitado a Alejandro Toledo a un foro en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, cuando el ex presidente ya era prófugo de la justicia peruana.