El esperado debate entre los dos aspirantes a la Casa Rosada, el conservador Mauricio Macri y el peronista Daniel Scioli, batió récords de audiencia y desató una fiebre en Facebook y Twitter en Argentina.
En un inédito panorama político, a solo una semana de la segunda vuelta electoral, los candidatos se midieron el domingo durante hora y media en un debate estructurado, con intervenciones de un máximo de dos minutos y poco espacio para la improvisación.
La convocatoria abarrotó el auditorio de la facultad de Derecho de Buenos Aires, con capacidad para unas 500 personas, en su mayoría simpatizantes y miembros de los equipos de campaña de los candidatos.
Unos segundos de silencio, en solidaridad con las víctimas de los recientes atentados de Francia, dieron paso a un cruce de reproches y acusaciones inusual entre los dos candidatos, viejos conocidos por su proximidad al mundo del deporte y su experiencia política, y habitualmente moderados en público.
Los respectivos jefes de campaña habían negociado cada tema a tratar y las intervenciones se establecieron por sondeo. Nada estaba lanzado al azar.
Macri abrió el fuego con un sorprendente tono agresivo que, por momentos, descolocó a su adversario durante la primera fase del debate, sobre economía, uno de los temas que más preocupan a los electores.
Muy suelto en esta primera etapa, tomó muchas notas y se dirigió varias veces a Scioli por su nombre de pila, Daniel.
El candidato peronista hizo equilibrios para esquivar la batería del conservador. Trago saliva y tomó agua varias veces. Ni una sola mención a la presidenta, Cristina Fernández, en sus intervenciones.
En el segundo round, un Scioli más recuperado contraatacó para ganar terreno. Su estrategia, asociar a Macri con el fantasma de la devaluación y el ajuste. La del conservador, ligar a Scioli con la herencia del gobierno de Fernández.
En medio del fuego cruzado, pocos compromisos y propuestas, y muchas preguntas sin respuesta por ambas partes.
En sus reflexiones finales, un llamamiento al electorado, con la vista puesta en los indecisos, entre un 7 y un 12%, según las encuestas.
Antes de dejar el escenario, una despedida con sus respectivas esposas, Juliana Awada y Karina Rabolini, también viejas conocidas por sus vínculos con el mundo de la moda, que se saludaron con un beso.
La convocatoria, transmitida por todas las cadenas de televisión locales, batió récords de audiencia, por encima del 50 por ciento, más de 5 millones de espectadores, y desató una fiebre en Facebook y Twitter.
Más de 1,8 millones de comentarios en Twitter, donde los argentinos se volcaron en responder encuestas de último momento y expresar sus opiniones sobre el debate.
El saludo entre las esposas de los candidatos y el beso en los labios de Macri y Awada, antes de retirarse, provocaron cientos de comentarios en Twitter, que se calentó también con algunos de los cruces entre los presidenciables.
Uno de los dardos más comentados fue una de las cargas de Macri contra Scioli: "En qué te han transformado, pareces un panelista de 6,7, 8 (programa afín al gobierno de la televisión pública argentina)".
Scioli se tomó la revancha, al menos en las redes, cuando se preguntó cómo Macri podría enfrentar al narcotráfico si no ha podido con los "trapitos", los cuidadores ilegales de autos que se multiplican en las calles de Buenos Aires.
Los equipos de uno y otro candidato también jugaron en Twitter
"Siento que quedó muy claro que es @mauriciomacri quien representa el cambio y la esperanza", escribió en su cuenta de Twitter la gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
Para Horacio Rodríguez Larreta, que sucederá el 10 de diciembre a Macri en la alcaldía de Buenos Aires, el líder de Cambiemos "aprovechó el debate para contarles nuestras propuestas".
En el extremo opuesto, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, aseguró que "a Macri se le ha caído la careta y la gente así lo ha observado".
"Querido hermano estamos muy orgullosos de vos. Llamados de todo el país valorando tu pasión, tu corazón y como defiendes a los argentino", señaló Pepe Scioli, hermano del candidato peronista.
Prácticamente todos los sondeos de urgencia realizados durante la noche, bien telefónicos o a través de Twitter, dieron como ganador del debate a Macri, aventajado también en las encuestas de las últimas semanas, con un margen de entre 3 y 8 puntos.
La última palabra la tendrán los argentinos dentro de una semana, cuando, por primera vez, elijan a su presidente en segunda vuelta.
(Fuente: EFE)
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