Gabriela Delgado

Recientemente publicamos sobre la convocatoria de becas que la abrirá a partir de enero de 2024. Desde su creación en el 2000, esta cooperación en educación superior entre y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, ha otorgado más de 18,800 becas y ha contabilizado 874,434 solicitudes. En el caso del Perú, 1.318 ha sido el número de becas entregadas a peruanos para el nivel de postgrado, doctorado y ayudas a la investigación.

En entrevista con El Comercio, Carlos Del Castillo Guardamino, presidente de la Red Carolina Perú, destacaba que “Perú es el quinto país que más becas ha recibido de la Fundación Carolina.

“Desde que existen registros de solicitantes (2004), 66.829 peruanos y peruanas solicitaron un total de 191.853 becas Carolina. En la convocatoria 2019 se contabilizaron 3.924 solicitantes y 10.504 solicitudes. En 2020, y sobre todo en 2021, el número de solicitudes recibidas en todos los países ha quedado afectado por la situación sanitaria. Aun así, se recibieron 4.662 y 4.106 solicitudes, respectivamente, procedentes de Perú”, detalló.

La oferta es amplia

Uno de los grandes requisitos para postular a una de las becas de la Fundación Carolina es ser latinoamericano o miembro de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Tener el título de estudios de pregrado y tener, por lo menos, dos o tres años de experiencia de trabajo. Buen rendimiento académico y haber hecho labor social. La oferta académica, además, es amplia y cubre, entre muchas otras, especialidades como Bioquímica, Biología Molecular y Biomedicina, Ingeniería Biomédica, Derecho indígena, perspectiva de género y derechos humanos en América Latina, Neurociencia y Neuroeducación.

Testimonios de becarios

Cada año, miles de peruanos ponen su esperanza en obtener algunas de las varias becas que ofrece la Fundación Carolina. Muchos de ellos reúnen todos los requisitos pero el resultado no es tan sencillo como esperaban. Algunos lo logran al primer intento, otros al tercero, como es el caso de Analucía Rodríguez Dávila (39), egresada en comunicaciones por la Universidad de Lima, quien finalmente resultó siendo becada con un Máster en Gestión de Empresas de Comunicación en la Universidad de Navarra en 2010.

Yo postulé el primer año y ni siquiera me llamaron porque postulan miles de latinoamericanos. En el segundo intento quedé en reserva, es decir, eran cinco becas y yo quedé en sexto lugar y ya para el tercer año me la gané”, nos cuenta Ana Lucía en entrevista con El Comercio.

Analucía Rodríguez Dávila fue becada en 2010 por la Fundación Carolina para cursar una Máster en Gestión de Empresas de Comunicación en la Universidad de Navarra.
Analucía Rodríguez Dávila fue becada en 2010 por la Fundación Carolina para cursar una Máster en Gestión de Empresas de Comunicación en la Universidad de Navarra.

De su experiencia como becaria, Ana Lucía resalta los beneficios que le dio cursar un master internacional. “En ese momento para mí sí era importante poder hacer una maestría internacional que me pueda dar esa visión, esa experiencia y esa red internacional que necesitaba. La maestría que hice en ese momento era única en el mundo. Yo había estudiado comunicaciones y esto era una especie de MBA aplicado a áreas y medios de comunicación, por lo cual no existía nada parecido ni en Perú ni Latinoamérica ni en algún otro sitio y en la facultad de la universidad de Navarra a la que yo postulaba había ganado, a nivel de Europa y por varios años seguidos como número uno en comunicaciones; entonces sí tenía mucho ojo puesto en este lugar”, explica.

Un antes y después

La duración de la maestría de Analucía fue de casi un año, en el que además de la parte académica, tuvo acceso a tres meses de prácticas no remuneradas en una empresa española. La beca estaba cubierta al 70% y le incluía, además del seguro médico, una manutención económica de aproximadamente 1500 euros destinados para vivienda, transporte y comida.

“Para mí, no solo haber ganado la beca fue espectacular porque realmente la Fundación tiene becas increíbles y creo que nos cambia la vida a muchos porque al margen de la educación de calidad, está la parte humana, cultural... Mi grupo de maestría era pequeño, había españoles, venezolanos, chilenos, colombianos, costarricenses y cada uno aportaba experiencias de sus países y para mí eso no tiene precio. El hecho de haber estudiado en una universidad tan buena, tan reconocida y en una ciudad tan linda como lo es Pamplona, los profesores que hasta el día de hoy para mí son contactos te cambia todo. De verdad que es un cambio total en tu vida”, destaca.

Ana Lucía Rodríguez Dávila, ex becaria de la Fundación Carolina, durante su paso por la Universidad de Navarra en España.
Ana Lucía Rodríguez Dávila, ex becaria de la Fundación Carolina, durante su paso por la Universidad de Navarra en España.

Cabe destacar que uno de los requisitos de la Fundación Carolina es que el becario debe volver a su país de origen a aplicar lo aprendido en tierras españolas. Por lo tanto, Analucía debía regresar a Lima pasado ese casi año de maestría.

Sobre esta nueva etapa en tierras peruanas, la ex becaria revela que el hecho de haber estudiado en Europa le abrió muchas puertas. “Tenía todo el caché del mundo y cuando le sumas que fue por conseguir una beca que la venía luchando por tres años, todo eso suma muchísimo. Hasta el día de hoy estoy en contacto con toda la gente de la maestría, con los profesores; soy súper fan de la universidad, es algo que no se te va y sobre todo el impacto que tiene en ti mismo, creo que cala mucho”.

El doctorado de María Elena Muñoz

Elena Muñoz (59), tecnóloga médica de profesión, postuló a la Fundación Carolina dos veces y es en julio de 2017, en su segundo intento, que obtiene la beca para hacer un doctorado de tres años en Salud y Desarrollo en los Trópicos en la Universidad de Salamanca. Antes, en Lima, había hecho una maestría en Salud Pública en la Universidad Villareal y un doctorado en Ciencias de la Salud en San Marcos.

Su doctorado español le permitía a Elena repartir su tiempo entre Perú y España, es decir, estar unos meses en Salamanca y otros en la Universidad San Marcos y el Instituto Nacional de Salud, lugares donde ella trabajaba en Lima.

“El primer año de doctorado fue de nueve meses en España; el segundo año volví por seis meses pero en el tercero, el cual debía ser como el segundo, se cerraron las fronteras debido a la pandemia, así que recién viajé en agosto de 2020″, cuenta Elena, quien vivió la época de Covid en su primera etapa, lejos de su familia y tuvo que sortear complicaciones para sus trabajos de investigación relacionados con pacientes con Alzheimer.

Elena Muñoz, ex becaria de la Fundación Carolina.
Elena Muñoz, ex becaria de la Fundación Carolina.

Sobre el proceso en sí, Elena explica que antes de postular a la Fundación Carolina, ella primero se contactó con varias universidades españolas, con el fin de encontrar la especialidad de su interés y ver los pro y contra que cada institución le ofrecía y fue la Universidad de Salamanca la que finalmente le respondió.

“Uno de los requisitos para postular a la beca es que tienes que tener una carta de invitación de la universidad de destino. El camino es largo, hay un montón de documentos que presentar pero hay que hacerlo. Hay mucha gente que esto lo desanima pero yo soy bien metida y cumplía con todos los requisitos”, explica Elena.

Al igual que Analucía, Elena destaca que el plus que le da una maestría internacional es una experiencia grande de vida. “Vivir una experiencia en una universidad europea es diferente. La Universidad de Salamanca es como la madre de la San Marcos, tiene más de 800 años y yo diría que es una de las mejores desde el punto de vista cultural.

En el caso de Elena, la beca le cubría al 100% el doctorado así como los viajes de ida y vuelta entre Perú y España, la vivienda y la comida.

Elena Muñoz, ex becaria de la Fundación Carolina.
Elena Muñoz, ex becaria de la Fundación Carolina.

“Un cambio de vida”

Elena revela que el doctorado en Salamanca le cambió la vida en todo sentido, tanto para poder crecer profesionalmente en Perú como en España.

“Intercambiar conocimientos, experiencias con personas de diferentes niveles y culturas, un nivel muy alto me ayudó mucho para poder trabajar en diferentes programas de investigación. El doctorado me ha permitido ir a tanto cursos, congresos eventos talleres, jornadas, seminarios... He podido dictar clases en el área de Postgrado de Salamanca en la especialidad de Infectología, a pregrado, a alumnos de Farmacia. Además, hemos publicado en grupo con diferentes investigadores de España”, nos cuenta Elena, quien actualmente se desempeña como directora del Departamento Académico de Tecnologia Medica de la Universidad de San Marcos, cargo que asumió hace dos meses y con el que está comprometida hasta el 2025.

“En Perú, hacer este doctorado fuera del país, con la trayectoria que tiene Salamanca, me ha permitido también tener ese background, ese nivel que te da estudiar fuera y asumir este cargo de confianza hasta el 2025 y probablemente, Dios mediante, vaya a Salamanca o a Burgos para dictar un doctorado”.

María Elena Muñoz, durante su paso por la Universidad de Salamanca.
María Elena Muñoz, durante su paso por la Universidad de Salamanca.

Una arqueóloga peruana en Altamira

Claudia García Meza (40), arqueóloga de profesión, obtuvo la beca Carolina en 2010. A diferencia de Ana Lucía y Elena, el beneficio académico de Claudia consistía en recibir por parte de la Fundación el apoyo profesional y económico de un proyecto en desarrollo a través de un Programa de Formación Permanente.

“Básicamente eran proyectos de investigación que tú pudieras realizar en cualquier centro español aprobado previamente por uno de ellos. Es decir, tú tienes que buscar el lugar y tener la aprobación de este centro a través de una carta de aceptación, la Fundación no te busca el lugar sino tú”, explica.

El tiempo en España de Claudia fue de dos meses. La beca le cubría los gastos de alojamiento, el seguro médico, los boletos de avión y cada cierto tiempo debía informar sobre los avances de su llamado “Proyecto educativo para familias” en el Museo de Altamira. Este beneficio no incluía ningún tipo de estudio sino que todo se realizaba en el mismo museo.

“El Museo de Altamira ofrecía mucho amplitud a los becarios. Nos integraban a su equipo de trabajo, es decir, no nos dejaban desarrollar nuestro proyecto en solitario sino que había una constante coordinación con el área de Educación.

Claudia García Meza, ex becaria de la Fundación Carolina.
Claudia García Meza, ex becaria de la Fundación Carolina.

Para Claudia, tal y como sucedió con Analucía y Elena, su breve estancia por España le abrió la mente en el sentido de la forma de trabajar afuera. “Si bien el el museo de Altamira no tenían tantas piezas como las que puedes encontrar acá, porque son piezas básicamente líticas pero creaban muchos talleres educativos a partir de temas básicos como “¿Cómo creaban el fuego?” “¿Cómo cazaban”, por ejemplo. Toda esa creatividad me ayudó mucho”.

Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, España.
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, España.

“Un tema de perseverancia y resiliencia”

Un dato importante que destacamos en la entrevista con Carlos Del Castillo fue la disminución de postulantes peruanos a la Beca Carolina en los últimos años.

Sobre este tema, Del Castillo explicaba que muchos no comprenden la dinámica de postulación pues entran a la web con una idea muy cerrada de cara a su especialidad. Por ejemplo. “Soy contador y quiero algo relacionado con finanzas. Busco y no encuentro nada y opto por otra beca pensando que la Fundación no tiene lo que yo quiero cuando no es así. Los programas que ofrece Carolina buscan justamente personas que tengan cierto interés y cierta experiencia y darle un plus que lo haga diferenciar en el mercado laboral. Si yo soy un físico y tengo una maestría en Física o un doctorado en Física pues soy uno más de 10.000. En cambio, si eres físico y de repente la Fundación te da una beca en Sistemas Autónomos de Computación para Físicos y luego un doctorado, de repente, en inteligencia artificial, se hace una diferencial”.

Como ex becaria, Analucía opina desde su experiencia que la gente realmente no está haciendo el esfuerzo de postular, pues muchas veces los abruma la serie de papeles que tienen que presentar o se rinden por no tener un buen nivel de inglés, por ejemplo.

“Si empiezas con mentalidad negativa no te vas a ganar absolutamente nada; creo que hay que ir con mentalidad ganadora. Yo soy el revés, yo me tiro en la piscina sin agua, me da igual, obviamente uno se frustra cuando a la primera no se la dan. Creo que eran 2,500 personas que postulaban para cinco becas y sí, es difícil, pero hay que insistir. Yo insistí porque sentía que podía ser buena para esa maestría y para esa beca y al final, pues a la tercera lo conseguí, entonces es cuestión de de simplemente perseverancia y resiliencia”.

Cronograma de postulación

La Fundación Carolina abre su convocatoria de becas en la primera semana de enero de 2024 y el cierre es marzo del mismo año.

DATOS

-Para mayor información, puedes entrar a este LINK.

-Las carreras que más demanda tienen entre los peruanos son las MBA de Administración y Máster en estudios de Género.

-Entre las universidades españolas disponibles para estudiar una maestría o doctorado están las TOP 10 de ese país: La Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, entre otras.

-Si quieres contactar con la Red Carolina Perú puedes escribir a este mail: redcarolinaperu@gmail.com