Quizás una de las preguntas más frecuentes que recibo tanto en consulta como por mis redes es “¿debo tomar algún tipo de vitamina o suplemento?”. Hemos sido convencidos que para poder cubrir nuestros requerimientos y lograr “más salud” tenemos que consumir este o aquel suplemento. Pero la realidad no es tanto así.
Para empezar, mi recomendación de cabeza es que busques sacar los nutrientes que tu cuerpo necesita de los ALIMENTOS. La naturaleza es sabia y nos ha regalado un sin fin de alimentos ricos en vitaminas, minerales, proteínas, omegas, y demás nutrientes que necesitamos. Si tu alimentación es bastante variada y balanceada es muy probable que de por si ya estés cubriendo con tus requerimientos diarios y no necesites esa suplementación extra que te venden.
¿En qué casos sí podrías necesitarla? Si es que tienes alguna deficiencia -por ejemplo anemia-; si es que tus requerimientos se ven aumentados por alguna condición específica como un embarazo; si tienes alguna condición clínica o desgaste físico; o si quizás por tu tipo de alimentación no logras obtener algún nutriente (el caso de los veganos puede ser la vitamina B12). Habría que evaluar cada caso específico y tratarlo.
Pero ‘suplementarse’ así porque sí, solo porque suena bonito no es la voz. Aunque no lo creas, mucho de algo potencialmente “bueno” podría ser contraproducente y hasta llegar a ser dañino. Por ejemplo, si tienes una deficiencia de hierro (anemia), es probable que te manden algún suplemento de hierro. Lo que muchos no te dicen es que si juntas este suplemento con calcio estás inhibiendo el hierro, y la absorción se ve reducida. De la misma manera, un exceso de vitamina A (hipervitaminosis) puede llegar a ser tóxica para el hígado, causando un color amarillento en la piel, caída de pelo, náuseas, vómitos, cambios en la visión y daño hepático. Lo peor de todo es que muchas veces optamos por consumir estos suplementos auto-recetándonos, sin saber exactamente si estamos en deficiencia o sin preguntar a un especialista.
Mi recomendación: antes de invertir tu tiempo y dinero (porque a ver, tampoco es que sean tan baratos estos suplementos) es que conozcas tus requerimientos. Evalúa tu alimentación actual y determina si es que cubres tu requerimientos. Quizás con algunos ajustes sea más que suficiente. Y en caso sientas que algo te falta, pasa por un especialista y pídele un examen de sangre para poder determinar tus valores. Ya con eso puedes tomar una decisión informada y a tu medida.
Más de Maca Bustamante, nutricionista, en @macawellness