Adriana Gaiullour

Desde hace algunos años, el valle de Ica no es solamente lugar de calor o tierras fértiles, sino también testigo de la revolución pisquera peruana y de la epopeya de aquellas familias que se la fajaron construyéndola. Este es el caso de los Queirolo, inmigrantes italianos que echaron raíces en nuestro país en 1877 y que levantaron –entre más de 500 hectáreas de viñedos– una histórica casa republicana.

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