Para los gatos, convivir con los humanos no ha sido nada fácil. A lo largo de la historia han pasado de ser amados a odiados para nuevamente ser acariciados. Según los historiadores, en la cultura egipcia eran venerados y considerados animales sagrados por los faraones. Cuando morían los momificaban y la familia se afeitaba las cejas en señal de luto.
Se acabó el amor por los felinos cuando en la Edad Media el Papa Gregorio IX dictaminó que eran criaturas impuras, diabólicas, por lo que se les quemaba junto a las brujas en público. ¡Pobres gatos!
En la actualidad hay todavía quienes piensan que si se cruza un gato negro es señal de mala suerte. ¿Qué culpa tiene el gato?, ¿qué tiene que ver la genética de su color con la suerte? Hasta hay quienes piensan que las mujeres embarazadas no deberían tener uno porque complican el embarazo. ¡Falso! También se dice que son traicioneros porque son muy independientes y, por lo general, no dependen afectivamente tanto de sus dueños en comparación con los perros. Este es otro mito que debería descartarse.
Otro dicho popular es que el gato tiene ‘siete vidas’ No se sabe con certeza de dónde viene, pero lo más probable es que tenga su origen nuevamente en Egipto: para ellos, el número siete se relaciona con la suerte. Según se creía, los gatos se reencarnaban siete veces en seres de su misma especie y en la octava volvían al mundo como humanos.
¿Y por qué tantas vidas? Pues porque suelen librarse de accidentes gracias a su flexibilidad. Los felinos son muy ágiles y por reflejo suelen acomodarse al caer. Apenas están por tocar el piso, curvan su cuerpo recogiendo sus patas delanteras y extendiendo las traseras y caen sin problemas. Además, tienen un excelente equilibrio gracias a su sistema vestibular -receptores sensoriales del oído interno – y a su cola.
Se ha demostrado que los gatos resisten mejor a las caídas de mayor altura porque tienen más tiempo para acomodar su cuerpo y amortiguar el golpe. En cambio, las incidencias de lesiones son mayores cuando el descenso es a una distancia más corta. Chequea tu hogar y evita que frecuente balcones, ventanas altas o jardineras. No confíes en sus siete vidas, podrían distraerse, caer y sufrir graves o fatales lesiones.