“No es el grupo de la suerte”, por Jerónimo Pimentel

Algunas cosas se pueden adelantar, aunque la primera es que es un grupo durísimo para Perú, lo que tiene mucho sentido si se toma en cuenta el marco: como dice el poeta, esto no es la Copa Kirin. La principal preocupación es que los tres rivales, Francia, Australia y Dinamarca, son equipos que comparten algunas virtudes: muy atléticos y disciplinados tácticamente. No habrá ventajas para los de Gareca, aunque es probable que canguros y vikingos nos vean con pesimismo también. El histórico tampoco arroja muchas luces, salvo el mítico amistoso en el Parque de los Príncipes que forma parte de nuestra era de oro. Sin embargo, extrapolar ese ejemplo es solo una muestra de ingenuidad en vista del estado del fútbol galo actual, capaz de armar tres selecciones sin problemas (solo en la delantera pueden escoger entre Mbappé, Lacazette, Giroud, Griezmann, Dembelé, Martial, Coman y Gameiro). El partido inicial contra Dinamarca será clave y Perú deberá demostrar que suele comportarse bien ante las oncenas europeas, como hizo ante Italia (82), Holanda (78), Escocia (78) o Bulgaria (70). Contra Francia, cabeza de serie y favorito, Perú se acomodará como lo hizo ante Argentina y es probable que en el rol de aguante y contra la blanquirroja encuentre comodidad, lo que ciertamente no asegura nada más que 90 minutos de sufrimiento. Australia es la única selección a la que podemos mirar con optimismo, en tanto los oceánicos no son lo que fueron hace una década cuando contaban con figuras como Viduka o Kewell.

Del resto, al anfitrión le ha tocado el grupo más benigno posible y salvo alguna debacle tiene asegurado su pase a segunda ronda. Los otros afortunados han sido Argentina, quien tiene un fixture bastante accesible (el único atractivo es su clásico enfrentamiento ante Nigeria), y Brasil, que podrá hacer una demostración de fuerza ante rivales menores. No existe un “grupo de la muerte” evidente, pero sí se puede decir que en el F no habrá partido malo.