Bajo el título Allin Willakuykuna, una expresión en quechua que significa ‘buenas noticias’, un grupo de mujeres de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (Anfasep) decidió transformar su duelo en una representación artística llena de música, baile y misticismo. Se trata de una serie de seis cortometrajes donde las participantes les cuentan a los seres queridos que perdieron todo lo bueno que les ha pasado en sus más de treinta años de lucha.
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Las frases llegan directo al corazón: ‘mamá, tienes tres nietos’; ‘querida abuela, soy igualita a usted’; ‘tu hijo, el ultimito, tiene un taller de marinera y enseña a bailar’. “La iniciativa nació como una forma de reinterpretar la celebración tradicional que las madres y abuelas de Anfasep hacían todos los años con ocasión del Día de los muertos”, le cuenta a Somos Alejandro Clavier, director artístico del proyecto. “Ha sido una oportunidad para que puedan conectarse con sus familiares desde el arte, sin negar el dolor que hay detrás de cada historia”, complementa.
Una de las integrantes es Teófila Ochoa, quien perdió a su madre y a sus cinco hermanos en la masacre de Accomarca, en agosto de 1985. Teófila tenía 12 años cuando ocurrieron los hechos, pero nunca claudicó en su búsqueda de justicia: su testimonio sirvió para extraditar y sentenciar en 2016 al exsubteniente del ejército Telmo Hurtado, acusado de perpetrar dicho crimen junto a otros militares peruanos. “Hasta el día de hoy, para muchas de nosotras, el dolor que sentimos por lo que pasó sigue siendo muy grande”, nos cuenta Teófila. “Por eso, estamos muy agradecidas de participar en el proyecto, pues nos ayuda a sanar las heridas y nos impulsa a seguir adelante”.
En el 2019, como parte de la iniciativa, las participantes llevaron un taller de danza en el cual, según explica Clavier, pudieron conectar con sus propios cuerpos desde un lugar poco habitado por ellas: la expresión abstracta de movimientos. “A través de la danza, uno puede comunicar sensaciones e ideas. El proceso puede ser muy reparador”, comenta. Ese mismo año, gracias al grupo de teatro Sala de Parto y al Comité Internacional de la Cruz Roja, esta propuesta artística se presentó en Huamanga, Ayacucho, una de las ciudades más golpeadas durante la guerra contra el terrorismo.
Tres años después –y una pandemia de por medio–, Buenas noticias se presentará este martes 23 de agosto por primera vez en Lima, en el Lugar de la Memoria (LUM), de ingreso libre. “Son 37 años los que venimos luchando para poder recuperar los cuerpos de nuestros familiares y brindarles cristiana sepultura. Felizmente, algunas lo hemos podido hacer. Este trabajo nos ayuda a mantener vivos sus recuerdos”, concluye Teófila.
Un viaje a nuestra historia reciente, acompañado de dulces melodías de arpas y guitarras, nos espera. //
En agenda
Tras la presentación del proyecto Buenas noticias, este martes 23 de agosto en el LUM, se realizará el conversatorio “La danza y la creación en el proceso de los familiares”, donde protagonistas y expositores dialogarán sobre el tema.
El próximo mes de octubre, el proyecto viajará a Satipo, Junín, una zona de nuestro país que también fue golpeada por el conflicto interno. En el 2023, se presentará en el Gran Teatro Nacional.