Después de trabajar durante muchos años con luz artificial, iluminando modelos de publicidad y recreando escenas de ficción, el fotógrafo Yayo López (Lima, 1965) ahora solo necesita luz natural: el umbral de una puerta o una ventana. El trabajo más significativo de su carrera –que incluye 13 años como reportero gráfico en Somos– lo ha llevado a viajar por todo el Perú, durante años, en busca de algo que le obsesiona: la diversidad y la belleza de la mujer peruana. No la estética simétrica y aburrida, sino la que muestra un misterio que no se revela ni se resuelve: la perpetuidad de un instante.
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