Cuando su madre falleció, Moisés tenía tan solo un año de edad. Fue su hermana Mónica -quien había perdido la audición de pequeña a causa de una meningitis- la persona que se encargó de su crianza. Así, Moisés Piscoya conoció la lengua de señas peruana (LSP) antes de que supiese hablar o escribir. Es la manera en la que se ha expresado toda su vida, y la habilidad que se convirtió en su oficio desde hace unos 20 años. Gracias a Moisés, por ejemplo, cientos de miles de peruanos se mantuvieron informados sobre la pandemia de Covid-19 y muchos niños continuaron con sus clases con Aprendo en casa.
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