La pandemia ha golepado fuerte, pero el optimismo de Fernando Zevallos es a prueba de pestes, guerras mundiales, cataclismos y dictaduras. Como la historia misma de su circo. (Foto: Leslie Searles / La Tarumba)
La pandemia ha golepado fuerte, pero el optimismo de Fernando Zevallos es a prueba de pestes, guerras mundiales, cataclismos y dictaduras. Como la historia misma de su circo. (Foto: Leslie Searles / La Tarumba)
Vanessa Cruzado Alvarez

Dos fueron los encuentros que Somos tuvo con Fernando Zevallos en el 2019. El primero fue en mayo, en la emblemática carpa de Chorrillos, a un mes del estreno de ‘Volver', una oda –y, por qué no, una invitación a la reflexión– a los sueños de la infancia. El segundo fue en agosto, en un centro comercial que dedicó una sala para homenajear a La Tarumba y su legado de 36 años. Por estas fechas, se supone, el reencuentro sería para la previa del espectáculo por Fiestas Patrias, que venía trabajándose desde enero, inspirado en Perú y sus tradiciones. La pandemia, claro, cambió los planes.

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