Dos guerreras amazonas colocadas de lado a lado en el portal de ingreso dan la bienvenida a los visitantes, que en su mayoría son niños acompañados de sus padres. Hay que esperar unos minutos para entrar. Es sábado por la mañana y nos dicen que el museo está repleto. Todos han venido para observar de cerca el último descubrimiento del paleontólogo e investigador Mario Urbina Schmitt: el esqueleto del ‘Perucetus colossus’, un cetáceo que vivió hace 39 millones de años y cuyos restos fueron encontrados en el desierto de Ocucaje, a casi 300 kilómetros al sur de Lima.
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Sobre un largo andamio, se exhiben las vértebras, costillas y parte del hueso pélvico del que, según la revista científica “Nature”, sería el animal más grande que habitó este planeta. Se calcula que podría haber llegado a pesar 340 toneladas, el triple de la ballena azul. A un lado, Urbina resuelve las preguntas de los visitantes y accede a tomarse fotografías con quienes se lo piden. “Nada me emociona más que vengan acá y reconozcan mi trabajo. Ver el interés y la curiosidad que ha despertado este descubrimiento, sobre todo en los más chicos, es el mejor regalo”, comenta el paleontólogo.
Mario Urbina le cuenta a Somos que encontró la primera vértebra hace quince años. “El proceso de excavación fue bastante complejo. La mayoría lo hemos hecho a mano. Tenemos pocos recursos, pero felizmente pudimos sacar adelante el proyecto y lograr que la comunidad científica me crea”, dice. A pesar de no haberse desenterrado toda la estructura ósea, se ha podido llegar a varias conclusiones, como saber el tamaño, volumen y peso del animal, además de conocer la familia a la que pertenece: los basilosáuridos, los primeros mamíferos que cambiaron la tierra por el mar hace 50 millones de años.
Hoy el reto de Urbina es encontrar la cabeza de esta ballena gigantesca para descifrar, entre otras cosas, de qué se alimentaba. “Lo que más necesito para seguir adelante es apoyo de verdad. Que la empresa privada pueda destinar fondos para este trabajo. No basta con que los políticos vengan a tomarse fotos y querer colgarse del tema”, concluye.
UN DÍA EN EL MUSEO
El Museo de Historia Natural de la UNMSM cuenta con atractivos que nos permiten entender los procesos evolutivos de distintas especies. Con más de 100 años de fundación, este lugar alberga una importante colección en la que confluyen distintas disciplinas: botánica, zoología, geología y paleontología. Posee cerca de dos millones de ejemplares en sus instalaciones, siendo este el muestrario biológico más grande del Perú.
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En un inicio, el museo se ubicó en los altos de la Facultad de Letras, en la casona de la universidad de San Marcos del Parque Universitario. Recién en 1934 se trasladó a su actual sede, ubicada en la avenida Arenales, en Jesús María. El lugar está rodeado de un gran jardín botánico por el cual se puede pasear y desconectarse del bullicio de la ciudad.
“Nosotros trabajamos con investigadores y colaboradores de todo el país. Se necesitan profesionales de diferentes ramas para liderar los proyectos. Nuestra principal fuente de financiación proviene de la universidad de San Marcos, pero si tuviéramos más fondos podríamos avanzar con mayor celeridad. Lo que estamos tratando es formar un patronato donde se pueda canalizar otros ingresos”, nos dice el doctor Niels Valencia, director del museo.
Este espacio se divide en dos grandes áreas. Por un lado tenemos las salas de exhibiciones donde se pueden apreciar las muestras temáticas que abordan diversos aspectos de la vida natural, tanto de especies que aún subsisten como de otras ya extintas. Hay mamíferos, aves, reptiles y peces, pero las que más llaman la atención de los niños son las maquetas de dinosaurios.
La segunda área es de investigación. Esta no se encuentra abierta al público ya que el material que ahí se encuentra es exclusivamente para estudio. “Aquí se resguarda el mayor patrimonio de biodiversidad. Por ejemplo, tenemos el herbario más grande del país con más de un millón de ejemplares. También tenemos colecciones de insectos con arañas, escorpiones y escarabajos. Todo hallazgo viene primero acá. Todo está debidamente registrado”, comenta el doctor Valencia.
El Museo de Historia Natural ofrece además cursos y talleres para niños y adultos, y ha puesto a disposición del público general su biblioteca especializada, considerada la más completa de su género en el Perú. Un viaje a nuestro pasado, presente y futuro nos espera. //
El Museo de Historia Natural ofrece al público visitante a través de sus salas de exhibición una visión panorámica de la riqueza natural del Perú. Está ubicado en la avenida Arenales 1256, Jesús María. No se requiere reserva previa, salvo instituciones educativas. El costo de entradas es de 5 soles para niños, escolares y universitarios; 10 soles adultos y el ingreso es gratuito para mayores de 60 años. La venta de entradas es solo en boletería.
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