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(Foto: Elías Alfageme)

En 1780, los pobladores de Sechura se vieron obligados a huir de sus hogares, víctimas de una peste que arrasó con toda la ciudad norteña. Un puñado de sobrevivientes se aventuró en la búsqueda de una tierra idónea en la que pudieran asentarse. Después de meses de caminos recorridos y sin saber lo que encontrarían, llegaron a la ‘tierra prometida’, una caleta paradisíaca en Paita que les abría las puertas para iniciar la dinastía de pescadores más longeva del norte: Yacila.

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