La resurrección del Presbítero Maestro: la historia de cómo el camposanto se tranformó en un salón de clases de bellas artes

Todo, por cierto, en medio de una paz infinita. Sus ángeles y otros personajes de mármol sí que saben posar sin impacientarse. Además, ya sabemos que es poco probable que el coronavirus se trasmita en espacios abiertos, donde el viento corre más rápido que un alma en pena.

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Toda esta arquitectura estará a disposición de las personas interesadas en aprender dibujo artístico. Adolescentes, jóvenes y adultos podrán conocer las técnicas tradicionales y métodos contemporáneos relacionados con una disciplina artística que suele ser el primer paso para convertirse en un futuro Picasso.

Todos los domingos de febrero y marzo, en los turnos de mañana y tarde, se realizarán las sesiones de este taller denominado “Dibuja historias”, que estará dirigido por profesionales muy bien capacitados de ARTCO Escuela Arte y Diseño Contemporáneo, institución que organiza esta actividad, y que cuenta con el auspicio de la Beneficencia de Lima.

Según los organizadores, este taller está enfocado en despertar la creatividad a través de diversas técnicas de dibujo. Busca también propiciar el desarrollo de la capacidad de autorreflexión, la conexión con el entorno y la apreciación artística. Hay un plus: los inscritos en este curso podrán acceder también a un recorrido especial guiado y gratuito. Es decir, se juntarán arte e historia en lo que significa la primera experiencia de este tipo desde que existe el cementerio.

“Nos asociamos con el instituto ARTCO porque cuenta con profesionales de Bellas Artes. Además, en este tiempo de pandemia vimos que el museo era un lugar idóneo para brindar clases. Son 21 hectáreas, espacio más que suficiente para el distanciamiento”, señala Roxana Acho, de la Beneficencia de Lima.

Parte de lo recaudado en los talleres será destinado a los programas sociales de la Beneficencia de Lima. Para quienes todavía no conozcan esta magnífica ciudad de los muertos, hay que señalar que aquí yacen, en lujosas criptas y monumentos funerarios, las más adineradas familias de la antigüedad limeña. El Presbítero Maestro fue el primer camposanto oficial de una ciudad que, hasta fines de la ocupación española, solía acomodar sus muertos en las catacumbas y cercanías de las iglesias, lo cual resultaba muy poco saludable.

Este lugar siempre fue la inspiración de poetas y artistas. Muchos citan la anécdota ocurrida una madrugada de 1917, cuando la bailarina Norka Rouskaya bailó semidesnuda entre velas y violines que tocaban la “Marcha fúnebre” de Chopin. Entre los asistentes de esta especie de performance ‘sacrílega’ figuraba el ensayista José Carlos Mariátegui. Pero descuiden, que en estas clases del 2022 solo posarán las estatuas. Para más información sobre el curso de dibujo, comunicarse al WhatsApp +51 921 905 967 o al correo: info@artcoedu.com. //

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