¿Quiénes son los protagonistas de Sinfonía por el Perú? Conozcamos a tres de los talentos beneficiarios. Aunque se vean bastante jóvenes, Jeikoop Espinoza (22), Eunice Vásquez (19) y Athzel Pino (18) tienen sus proyectos profesionales bastante claros. Estudiaron en los núcleos y, después, ingresaron al coro y orquesta juveniles.
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El tenor Jeikoop Espinoza
A medio camino de la cima del Cerro San Cristóbal vive el tenor Jeikoop Espinoza. Llega apurado porque esa mañana le tocó trabajar de manera presencial como practicante en la Gerencia de Administración de Sinfonía por el Perú. Nos hace pasar a la casa donde nació toda su historia con la música. Su madre es cantante y su abuelo guitarrista. Su bisabuelo fue el ‘Lucero Cerreño’, compositor de la Pastorita Huaracina. “La música no solo es un trabajo, mi familia se expresa con la música”, nos dice Espinoza.
Su carrera como tenor comenzó en el núcleo de Sinfonía por el Perú del Rímac, a una hora de su casa. Ahora Jeikoop estudia Administración en la universidad y, en paralelo, ensaya con el Coro Juvenil de Sinfonía. “Estoy aprovechando todo el tiempo que pueda en Sinfonía, porque me ha cambiado la vida y siento que me he perfeccionado como músico y persona”, afirma con seguridad.
“Cuando me paro frente al escenario, veo al público y comienzo a cantar, siento lo mejor que se puede sentir, una sensación de libertad. Veo la admiración del público y es una gran satisfacción, me motiva a seguir creciendo y perfeccionándome para dejar mi huella”. Jeikoop, además de músico, quiere ser actor y empresario, y crear un emprendimiento artístico de ayuda social inspirado en Sinfonía.
"Me ha cambiado la vida y siento que me he perfeccionado como músico y persona"
La violinista Eunice Vásquez
La historia de la violinista Eunice Vásquez de Trujillo va por similar vía. La primera vez que vio un violín se sorprendió. Si bien en casa escuchaban música clásica y sus hermanos tocaban otros instrumentos, nunca había visto uno igual. Ella estaba en su iglesia y misioneros extranjeros comenzaron a tocarlo. Quedó fascinada: “Era muy diferente, el sonido era muy bonito y dulce, pero a la vez se veía difícil de ejecutar, yo quería hacerlo, quería ser violinista”, nos dice Vásquez.
Tomó clases, pero la economía familiar no le permitió continuar hasta que maestros de Sinfonía por el Perú llegaron a su colegio a contarles sobre el proyecto. Tenía 8 años. Hasta hoy, Eunice no se ha separado del violín. Se mudó a Lima para profesionalizarse, es parte de la Orquesta Juvenil de Sinfonía y, al mismo tiempo, estudia en el Conservatorio Nacional de Música a donde ingresó el año pasado.
“Me gustaría terminar mi carrera acá o estudiar en una universidad en el extranjero y trabajar en una orquesta profesional. Estoy feliz porque esas oportunidades las puedo tener con Sinfonía”
El clarinetista Athzel Pino
En el caso de Athzel Pino, clarinetista de la Orquesta Juvenil, su familia es la fuente de su inspiración: “Es lo más valioso que tengo junto a la música, no puedo hacer música sin pensar en cada uno de ellos”, dice el músico. Para él, el clarinete siempre fue el instrumento que más resaltaba en la banda escolar y anhelaba tenerlo.
Fue su mamá quien vaticinó su destino mientras veía en la televisión a Sinfonía por el Perú en un concierto en el Estadio Nacional: “Algún día estarás sentando tocando en esa orquesta”, le dijo a Athzel, y no se equivocó, pues ingresó a Sinfonía en 2018.
Él acaba de ganar una beca en una de las mejores escuelas de música del mundo, Manhattan School of Music, para estudiar la licenciatura en Interpretación de Clarinete Clásico; sin embargo, esta beca no cubre el 100 por ciento, por lo que Sinfonía quiere difundir su historia y ayudarlo así a cumplir su sueño.
Estos son solo tres testimonios de los 30 mil niños, niñas y jóvenes peruanos a los que Sinfonía por el Perú viene impactando en sus vidas y de sus familias muchas veces de bajos recursos, en estos 12 años.
“El Perú de hoy es un país con un gran potencial y riqueza cultural y con personas excepcionales que luchan incansablemente para salir adelante, pero que también enfrenta grandes desafíos. La crisis social, económica y climática se agravan y afectan de manera negativa a las personas más necesitadas”
En ese contexto, “proyectos como Sinfonía por el Perú son fundamentales, ya que buscan fomentar el desarrollo integral de los jóvenes y empoderarlos para que sean agentes de cambio en sus comunidades. Es importante seguir trabajando juntos para construir un país más justo, equitativo y próspero para todos los peruanos”, finaliza. //
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