María Navarro de El Cantarito de Oro y Luz Victoria Hernández de La Bocana, Tambogrande, nos enseñan la potencia de la gastronomía piurana en una cocina tradicional. Actualmente, las cocinas se han adaptado. Dejaron la leña y usan gas, aunque otra han implementado chimeneas para evitar el humo que es dañino para la salud.
María Navarro de El Cantarito de Oro y Luz Victoria Hernández de La Bocana, Tambogrande, nos enseñan la potencia de la gastronomía piurana en una cocina tradicional. Actualmente, las cocinas se han adaptado. Dejaron la leña y usan gas, aunque otra han implementado chimeneas para evitar el humo que es dañino para la salud.
/ EDITORES FOTO > RICHARD HIRANO
Diana Gonzales Obando

Generaciones piuranas atrás, ser hija de picantera venía con el designio de crecer alrededor de una cocina a leña, aprender los secretos de secar una carne y las técnicas para preparar laboriosas chichas mirando a la madre y la abuela. Ellas, con la mayor naturalidad, como si estuviera en su genética, trabajaron las técnicas heredadas por sus ancestros sin imaginar que en sus manos se guardaba la historia de los sabores norteños.

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