El mundo de los PEdramas: Historias cortas y cautivadoras de bajo presupuesto que conquistan las redes sociales

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En el Perú se les conoce como PEdramas (dramas peruanos). En otros países solo se cambia el “PE” por sus respectivas abreviaciones. Aquí llegaron en algún momento de la pandemia con videos que ya no existen en el universo digital -algunos por infringir normas de copyright y otros porque la empresa decidió no continuar con ese tipo de contenido- pero sí existen en el imaginario. Una de las pocas empresas que se mantiene, y con éxito, es Danitza Producciones, casa realizadora piurana dirigida por los hermanos Ayala, que ya forma parte del top de melodramas en Latinoamérica.

Y es que la empresa fundada por don Alberto Ayala y doña Milagros Jaramillo en el 2005 - llamada así en honor a su hija fallecida- ahora es sinónimo de trampolín. Un universo hecho a la medida de las aspiraciones de su audiencia, donde desde abogados hasta actores del Club de Arte y Cultura de Piura quieren formar parte. Todo por un momento de gloria en esos videos de 15 a 20 minutos de duración que capturan la atención de millones de seguidores. Antes de posicionarse en la capital piurana, su motor y motivo era la cumbia: videoclips y grabaciones en vivo. Corazón Serrano, Tony Rosado, Mallanep, Armonía 10, inclusive un alcalde distrital: todos pasaron por la edición de Danitza Producciones y el complejo de mercados de Piura, en el sector “Inkarri”, donde vendían el material de los artistas, con previa autorización, en formato de DVD y VCD.

Con el auge de las redes sociales, el mercado digital se hizo más atractivo. Las reinvenciones también lo fueron, ofreciendo otro tipo de contenido como “Danitza y sus amigos”, sesiones de música en vivo con artistas piuranos All Star, o entrevistas al estilo de Badabun que terminaron convirtiéndose en sketches más elaborados. “Uno de los hermanos se llevó una cámara, a un primo, a dos conocidos del barrio y se fue a la calle a grabar un video. Volvió en un par de horas y trajo material que parecía de novela, lo editamos guiándonos por videos del extranjero y así nació este proyecto”, nos cuenta el director general, Christian Ayala, el tercero de los seis hermanos, de los cuales solo cuatro son responsables de mantener el legado audiovisual de sus padres.

Este primer PEdrama que registra Christian en su memoria -porque en el repertorio de sus redes ya no figura debido al copyright- es la historia de un niño que encuentra un celular en la calle y busca al dueño para devolverlo. Una trama simple pero efectiva que consiguió enganchar a 80 millones de personas, repartidas en su mayoría entre Perú, México, Estados Unidos y Ecuador (el video original fue eliminado por incumplir las normas, ahora hay una versión nueva con solo 29 millones de reproducciones). “Varios episodios buscan dejarte un mensaje al final, sin excepción. Los producimos como mínimo tres veces por semana y las historias las creamos nosotros, o adaptamos las historias de personas que nos envían sus experiencias a nuestro correo”, explica Ayala, quien aspira llevar esta propuesta a los canales de televisión y, por qué no, a Netflix.

El límite es la imaginación y el presupuesto. Todo lo demás es válido para los PEdramas y quienes los producen. Un día puedes ver al que hizo de héroe interpretando a un villano, a la que hizo de dulce abuelita convertida en una despiadada policía, o al mismo director siendo un actor más en sus videos. La acogida del público funciona de manera similar. A veces, el video puede conseguir millones de reproducciones en minutos y, en otro momento, ni siquiera sobrepasar la centena de “me gusta”, a pesar de haber invertido un poco más en su elaboración.

Sin embargo, a Danitza Producciones parece acompañarle la suerte, además de la certeza de contar con un promedio de 4 millones de reproducciones por video. Este número los sitúa como una de las opciones favoritas del algoritmo de Mark Zuckerberg en cuanto a dramas reflexivos. Solo basta con dejarse llevar por las recomendaciones de Facebook para adentrarse en el mundo de los PEdramas, y no salir de ahí más.