Pese a los avances en las últimas décadas, la palabra ‘cáncer’ aún causa preocupación. Según el Observatorio Global del Cáncer, se diagnostican más de 69.000 casos nuevos y se registran casi 35.000 fallecimientos cada año en el Perú.
Aunque son cifras alarmantes, también es claro que la aproximación de la sociedad a esta enfermedad ha cambiado con el tiempo. Por ejemplo, hoy sabemos que no todos los diagnósticos de cáncer son una sentencia fatal. Del mismo modo, los especialistas médicos están dejando de usar el eufemismo “remisión de la enfermedad” para referirse al tiempo en que disminuyen o desaparecen los signos y síntomas del cáncer, y empiezan a hablar de “curación”.
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Sabemos que la herramienta por excelencia contra el cáncer es la prevención, así como también conocemos que si la enfermedad es detectada en sus estadios iniciales la posibilidad de curación es más elevada.
Esto último es posible por el desarrollo de diferentes tratamientos, cuya utilidad está confirmada por una gran cantidad de estudios científicos hechos –y que se siguen haciendo– desde hace décadas.
A la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia –conocidas ampliamente por la población– se les han unido la inmunoterapia, la terapia láser, las terapias dirigidas, las hormonales y hasta el trasplante de células madre.
“La recomendación de los especialistas es no abandonar el tratamiento convencional”.
“La gente con posibilidad económica puede tener acceso a las terapias novedosas, pero el resto la sigue pasando tan mal como cuando mi papá atendía, en los setenta y los ochenta. Hay más tratamientos disponibles, pero no hay una real cultura de prevención”, me comentó el médico Mauricio León, cirujano oncólogo, cuando conversamos para el podcast “Mentes peruanas” de El Comercio.
Históricamente hay temor a las terapias convencionales, porque se cree que aún son muy agresivas. Pero los especialistas con los que he conversado en los últimos años coinciden en que absolutamente todas han evolucionado y buscan el mayor beneficio, tratando de causar menos perjuicio al paciente.
“Debemos entender que el cáncer no es una única enfermedad, sino muchas; que dos personas con el mismo tipo de cáncer deben tener tratamientos personalizados, según el caso; y que hoy se usan tratamientos combinados para mejores resultados”, me explicó el doctor Henry Gómez, médico oncólogo e investigador, en una charla hace un tiempo.
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No deje el tratamiento
Aún así, hay pacientes que abandonan el tratamiento de cáncer por falta de apoyo familiar, por los efectos secundarios, por temas económicos y hasta por la poca información al respecto.
Lo cambian por otro que, pese a que no cuenta con una evidencia científica suficiente, les promete, sobre todo a los pacientes con la enfermedad en estadios muy avanzados, curación y menos sufrimiento.
En esos casos, la recomendación de los especialistas es no abandonar el tratamiento convencional. ¿Quiere probar una terapia alternativa? Perfecto, pero no abandone la terapia convencional. El peligro es grande cuando se busca recuperar como sea la salud y quedamos a merced de charlatanes a quienes solo les interesa el lucro.
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