Más de 5 personas de una población de 300 con ansiedad tienen un riesgo mayor de tener también ataques cardíacos. (Foto: Pezibear en pixabay.com / Bajo licencia Creative Commons)
Más de 5 personas de una población de 300 con ansiedad tienen un riesgo mayor de tener también ataques cardíacos. (Foto: Pezibear en pixabay.com / Bajo licencia Creative Commons)
Redacción EC

Casi todo el mundo ha tenido ansiedad en determinadas situaciones, pero ¿qué sucede con las personas que padecen de este sentimiento incluso en situaciones normales?

Cerca de 7 millones de personas en el mundo padecen del generalizado desorden de ansiedad. Ellos experimentan ansiedad excesiva varias veces en un periodo de tiempo. El sentimiento los afecta con desorden en el sueño, irritabilidad y tensión muscular.

Son propensos en menor escala a los ataques de pánico, pero tienen a episodios cortos de miedo intenso que se manifiestan con el incremento del pulso, pérdida de aire y mareo. Cabe precisar que cualquiera puede tener un ataque de pánico así no tenga un desorden de ansiedad.

La ansiedad es activada parcialmente por la amígdala y el hipotálamo, que controlan la circulación de cortisol y adrenalina. No se entiende bien el por qué de esta relación. Otro factor es el genético: el 40 por ciento de personas con ansiedad cuentan con los niveles de hormonas ligados a los genes. Mientras que el ambiente también influye, pues episodios traumáticos en la niñez pueden activarla.

Los niveles de neurotransmisores contribuyen en el padecimiento. Por ejemplo, la serotonina, relacionada con los sentimientos de estar bien y felicidad que recoge la información de las neuronas que no llega a un receptor se presenta en altos niveles en personas con ansiedad. Esta decremento de sinapsis afecta a las emociones. Por eso, pacientes de ansiedad se medican con inhibidores de serotonina.

Estudios demuestran que muchos desordenes de ansiedad muestran que la amígdala y la sustancia gris central con altos niveles de actividad que pueden dejar repercusiones negativas en el cerebro y cuerpo.

Según un estudio, más de 5 personas de una población de 300 con ansiedad tienen un riesgo mayor de tener también ataques cardíacos. Ellos experimentan un incremento en la producción de células blancas en la médula osea, lo que causa inflamación y contribuye a la producción de depósitos de grasa en las arterias.

Por otra parte, si tienes una fobia, también estás diagnosticado con desorden de ansiedad. Pero como muchos miedos están relacionados con la sobrevivencia, la ciencia identifica que el sentimiento esté impreso en el ADN y se pase de una generación a otra.

Cuando se está en tratamiento, la terapia de comportamiento cognitivo ayuda a identificar qué pensamientos llevan a ciertos sentimientos que influyen en el accionar de la persona y los objetivos para cambiar estas ideas y así combatir la ansiedad.

Mientra que medicinas como SSRIs y SNRIS, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina pueden tener muchos efectos secundarios e incrementar la tolerancia con el uso prolongado. Los benzodiasepines que se usan para inducir al sueño y relajan los músculos está ligado a la demencia en personas mayores.

El dato

El canal científico AsapScience concluye que se puede decir que la base neuroquímica de la ansiedad es extremadamente complicada y no funciona cuando solo se le dice a alguien 'cálmate' u 'olvídalo', por lo que ofrece diez consejos para combatirla en este .

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