A principios del siglo XIX en Paris, la escritora y pionera feminista, Flora Tristán, experimentaba lo que serían los años más tranquilos de su vida. Junto a su padre, el peruano don Mariano Tristán y Moscoso, su madre, Anne-Pierre Laisnay, y su hermano pequeño, su familia gozaba de lujos propios de la corona española. Con tan solo cinco años de edad, Flora atraviesa un momento clave de cambio. Tras el repentino fallecimiento de su padre, la familia Tristán queda prácticamente en el abandono, pues el matrimonio entre el peruano y la francesa nunca fue oficializado como legítimo. Por este motivo, la nueva familia de tres no contaba con ningún derecho sobre la herencia de Mario Tristán. Con una vida repleta de altibajos, Flora Tristán fue una mujer que siempre supo aprovechar sus experiencias personales para darles un significado más allá de una simple anécdota y así se convirtió en figura del feminismo. Tras celebrarse su nacimiento, decidimos conversar con Gaby Cevasco, periodista, escritora y consultora en género.
Sobre su vida
Con solo 17 años, Flora Tristán debía sobreponerse a la vida y fue así que inició su primer trabajo como colorista en un taller donde posteriormente conocería a su esposo y el padre de sus tres hijos. Su matrimonio con una persona adinerada hizo que reflexione y descubra que para ella, el significado de contraer matrimonio era muy similar a llevar una vida de servidumbre; todo ello en una época en la cual el debate sobre feminismo no formaba parte de la conversación diaria.
La autora también ha sido elogiada por haber tenido la capacidad de convertir los problemas y experiencias que la acompañaron durante toda su vida en demandas políticas. Sin embargo, la periodista y escritora, Gaby Cevasco, nos comenta que todavía hace falta la difusión de la obra en vida de Flora Tristán, pues solo de esa manera seremos capaces de reconocer la magnitud de sus demandas y sus propuestas.
“Un ejemplo claro de su espíritu revolucionario se refleja cuando Flora Tristán huyó de su casa, escapando de un infeliz matrimonio, a pesar que el divorcio se encontraba prohibido en dicha época. Del mismo modo, la feminista se convirtió en una perseguida política pues mostraba sin cautela su rechazo frontal hacia los empresarios, la clase rica, las autoridades y la iglesia”, señala Cevasco.
Flora y los derechos de las mujeres
Ante el reclamo por los derechos de la clase trabajadora que incluía a artesanos, campesinos y artistas en pleno siglo XIX; Flora Tristán se hace notar como defensora de los derechos de las mujeres y las minorías. Ella planteó que el sexo femenino también debía ser considerado en el debate pues representaba a un grupo social que también sufría pobreza e injusticia. En esa línea, Flora Tristán redacta “Unión obrera” a modo de proclama en la cual plantea una serie de medidas para establecer esta unión social y progresivamente cambiar la situación de desigualdad que se vivía en dicho momento. Gracias a la recuperación de sus obras a manos de los obreros franceses y las feministas, se ha comprendido el impacto que han tenido sus propuestas.
Como explica Gaby Cevasco, la escritora de origen franco-peruano planteó diferentes aspectos que continúan vigentes hasta la actualidad. Por ejemplo, ella demandaba un estado laico, se oponía a la pena de muerte, reclamaba mejores condiciones laborales para las mujeres y rechazaba el trabajo infantil así como todo tipo de guerras.
Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán
En la actualidad, Flora Tristán continúa siendo una inspiración para las mujeres y las feministas pues, en su momento, le dio nombre a todas las desigualdades que vivía el sexo femenino y que, lamentablemente, siguen presentes en la sociedad de hoy. Como apunta Gaby Cevasco, desde que surge el movimiento feminista, diversas figuras como Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft fueron analizadas por Flora Tristán, quién discutió y argumentó acerca de ellas en distintos pasajes de sus obras.
En memoria de su motivación por vivir diferente, rompiendo esquemas e invitando a las mujeres a atreverse a cambiar la situación de desigualdad, es que un grupo de mujeres deciden formar el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán en 1979. “Como institución, se proponen visibilizar la realidad que viven las mujeres peruanas. Para lograrlo, comienzan a realizar investigaciones, a sistematizar la información estadística que había sobre las mujeres y que era muy poco conocida”, menciona Cevasco. Al mismo tiempo, plantean propuestas para cambiar dichas situaciones desfavorables. Además, durante la construcción del movimiento feminista en el Perú, se realizaron distintas acciones colectivas para poner el foco en las numerosas problemáticas que afectan a las mujeres. “Esta institución no se enfoca únicamente en el feminismo, pues también trabaja con pequeñas comunidades, aborda temas sobre el cambio climático y da importancia a la diversidad ecológica encaminada por las mujeres”, indica Cevasco.
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