Seis claves para que tu hijo crezca sano - 2
Seis claves para que tu hijo crezca sano - 2

 

Por María Inés Ching 

Con el crecimiento de nuestro bebe, nos asaltan muchas dudas: ¿cuánto tiempo le puede durar un berrinche a mi ? ¿Por qué sigue usando pañal y sus contemporáneos no? ¿Mi hijo es inquieto o hiperactivo? ¿Cuándo es necesario acudir a un experto? Conversamos con especialistas en psicología clínica e infantil para despejar tus dudas.

1. Diagnóstico

Durante su niñez tu hijo estructura su personalidad, por eso es importante identificar los problemas a lo largo de su desarrollo. La mayoría de veces, los psicólogos hablan de «tendencia a...», para no encasillar a un niño ni para asustar a sus padres.

Cuando es un trastorno como el autismo es posible su diagnóstico a temprana edad; sin embargo, los expertos señalan que la madurez neurológica de tu hijo permitirá un diagnóstico a los 5 o 6 años de edad.

Si se tratase de una condición mental se puede determinar con certeza desde los 7 años hasta los 10 años cumplidos. En ambos casos, tu niño evidenciará sus síntomas a través del cuerpo.

(Foto: Shutterstock)

2. Técnicas de evaluación

Se necesita hacer una buena anamnesis (historia del niño desde su nacimiento, antecedentes familiares, descripción exacta del motivo de consulta y el problema). Luego, se hace la evaluación al niño, en donde la primera herramienta es el juego. Él puede expresar todo su mundo interno a través de esta actividad, de las historias que arma, cuando hay juego simbólico o no, etc. En edad preescolar, existen pruebas psicológicas, de desarrollo (que te permiten ver el grado de crecimiento alcanzado de acuerdo a la edad), cuestionarios que deben ser respondidos por los padres y los maestros. En los escolares es fundamental la entrevista directa. Todo esto ayuda a detectar si hay algún trastorno mayor.

3. Factores sociales

El psicólogo debe trabajar con la familia del niño para determinar más claramente su comportamiento, cómo se relaciona con las demás personas, cómo satisface sus necesidades y cómo se siente.

A los tres años, el niño ya tiene conciencia de la realidad y la interacción con sus padres es más tangible. Cuando va al nido, se debe evaluar cómo tu hijo se relaciona con sus compañeros de clase, sus profesores y la gente en la calle. A los siete años, es natural que el niño empiece a independizarse y logre satisfacer sus necesidades a nivel social, que controle sus evacuaciones. Hay que observar cambios de comportamiento, en sus hábitos de alimentación, en cómo camina, habla y crea su independencia. Si el niño no es capaz de alcanzar estos objetivos, es posible que exista un trastorno.

(Foto: Shutterstock)

4. Los más comunes

En el Perú, los problemas de desarrollo más frecuentes son la depresión infantil, la falta de apego paterno [cuando son cuidados por otras personas], la ansiedad luego de la separación de los padres, la enuresis y ecopresis (falta de control en las evacuaciones), los miedos intensos, angustias y trastornos del sueño, pérdida del apetito, dificultad para ser independientes [por sobreprotección]. Y los trastornos psicológicos más recurrentes son el de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los niños, el síndrome de Asperger y la bipolaridad.

5. El tratamiento

Dependerá de la orientación del psicólogo. Hay terapias cognitivas conductuales, terapias psicoanalíticas a través del juego, terapias ocupacionales, psicomotricidad de Aucouturier (práctica psicomotriz), terapias a través del arte. Todas estas son posibilidades que se aplican dependiendo del problema y las preferencias de los padres. Actualmente algunas terapias incluyen medicinas aprobadas por la FDA (Food and Drug Administration), sobre todo para los niños diagnosticados con TDAH o  también en casos graves de psicosis infantil, que deberán ser prescritas por el médico psiquiatra. Pero en general, se cree en la plasticidad de los niños: con una buena terapia que incluya orientación a padres, los niños pueden salir adelante sin necesidad de medicina.

6. Consejos para ti

• Conoce a tu hijo, cada uno es diferente y valioso.

• No pierdas los papeles: háblale sin descalificarlo.

• Investiga sobre lo que tu hijo necesita, conoce la etapa de desarrollo en la que tu hijo está para saber qué esperar de él y que no.

• Trabaja en tu relación de pareja y los lazos familiares. Eso le brinda seguridad emocional.

• Que se note tu presencia en casa, que estás cuando te necesita.

• Sé constante y puntual en los rituales íntimos [comer juntos, salir en familia, leerles un cuento, darles un baño, acostarlos para dormir].

• Evita involucrarlos en «problemas de adultos», solo lograrás que se carguen innecesariamente.

• Ponle reglas claras y sé flexible cuando la situación lo permita.

• Escucha a tu niño, no antepongas tus necesidades.

 

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