Testimonio de una laciadora reformada: Conoce a Miss Rizos
Testimonio de una laciadora reformada: Conoce a Miss Rizos
Redacción EC

Adaptado de una conversación de Carolina Contreras, alias ‘Miss Rizos’, con el escritor Daniel Alarcón en

Carolina Contreras, alias ‘Miss Rizos’. Es una bloguera nacida en la República Dominicana que se crio en Estados Unidos y hace años emprendió un camino personal del pelo liso al rizado natural. Es la creadora de . Visita su página web para aprender más sobre el pelo rizado.

A los siete años mi mamá decidió laciarme el cabello con un químico llamado desrizador o alisador, porque decía que mi cabello era difícil de manejar, feo, duro. Pasé 15 años laceándome el cabello. De la primera vez recuerdo que era importante, como ser quinceañera. Era algo bonito y recuerdo que me sentía muy bien, como que finalmente era bella, que al fin podía ser como las otras chicas del colegio y mis amigas.

El tratamiento es un poco traumático. Primero, no te puedes rascar la cabeza dos semanas antes de hacértelo, porque el cuero cabelludo es muy sensible y el proceso te puede causar llagas. El alisado pica mucho, es muy fuerte, huele feo, como a huevo, a mayonesa, y es traumatizante. Luego que te aplicas el alisado sigue el vinagre para neutralizar el cabello, y pica mucho y el cuero cabelludo también. Eso te lo haces cada dos meses. En mi caso, con o sin dinero siempre buscábamos el recurso para laciarme, era un proceso casi higiénico.

Intenté unas seis veces dejarme el cabello natural y siempre volví al alisado porque tenía miedo, pensaba que me sentía más bella con el cabello lacio.

Me mudé a la República Dominicana y a los seis meses decidí dejarme crecer naturalmente el cabello, y me lo corté chiquitito. Hice un viaje con un grupo de ecologistas dominicanos a una playa, y estaba asoleándome cuando uno de ellos se me acercó y dijo: «Retírate del sol porque te vas a quemar como una haitiana y te vas a ver como una haitiana». Eso me impactó mucho. Fui a hablarles, conversamos sobre este tema. Les preguntaba por qué no me podía poner prieta y me decían: «No, eso no es bonito, no es presentable» y muchas cosas más. Entonces me dijeron: «Pero tú te alisas, no sabemos de qué hablas». Y dije: Sí, es verdad. Al siguiente día fui al salón y me corté el cabello.

Fue un proceso largo, pero sucedió ese incidente y me dije: ‘Ellos tienen razón o sea yo estoy defendiendo ese tema y estoy alisándome, ¿qué estoy haciendo?’. Eso muestra la complejidad y qué tan dentro llevamos ese problema, que una persona como yo, que se sentía orgullosa de ser negra, aún no podía soltar el alisado. Y me corté el cabello como ocho pulgadas, ‘cortititito’ pero no había quitado todo el alisado, me tomó unas tres semanas desprenderme de todo. Ese proceso fue muy difícil. Y para serte sincera, no me corté y dije: ‘Wow me siento libre y me siento bien’. Fueron casi nueve meses a un año, cuando me vi al espejo y dije: ‘Wow, tú eres bella así como eres, tu cabello es hermoso’, y lo creí realmente. Antes lo decía, pero no lo creía.

Decidí hacer esto, irónicamente, cuando vivía en la República Dominicana y fue horrible la  experiencia en las calles. Ahí literalmente no te permiten usar tu cabello afro en espacios de trabajo. Hay empresas que tienen códigos de vestimenta, donde dicen que no puedes dejarte un afro y te dan un bono de 30 o 40 dólares semanales para que vayas al salón. En muchos colegios y universidades tampoco te dejan llevar tu afro. A las chicas con cabello lacio se lo permiten suelto y largo, pero las chicas con cabello afro se lo tienen que amarrar. Hablamos de que en tu lugar de aprendizaje, en la escuela, en el colegio, no te permiten ser tú, ser quien eres.

La gente me llamaba «casco de tigre», «casco de macho», un montón de nombres muy feos. Pero también las chicas me preguntaban: «Carolina, ¿cómo te lo hiciste?, ¿qué productos usas?». Ahí creé MissRizos.com, un espacio cibernético, donde pueden entrar y encontrar las respuestas a todas esas preguntas que me hacían en la calle, en el trabajo y por todos lados. Decidí crear un espacio que hablara en el lenguaje del pueblo de una manera chic, sexy y divertida, interesante para que la gente se mantenga allí y se mantenga atenta. Entonces aunque el mensaje es de amarte como tú eres, también es un mensaje que va contra la discriminación y contra el racismo y  por la aceptación de lo que tú eres. No es mi lema ni es mi slogan, porque siento que si comienzo a hablar solo de eso o si ese es mi punto de partida la gente se va a ir, o sea en esencia es eso, pero el mensaje lo pongo de otra manera.

MissRizos me da mucha esperanza, porque siento que ha impactado y cambia a las personas. Incluso cambió a mi jefe que estaba contra esta idea. Y cambió a mi mamá. Ella me decía «Carolina, cuando estés dormida voy a ir y te voy a pasar el alisado, tú vas a ver». Y un día le dije, porque ella es un poco religiosa, le dije «Mami, el cabello natural fue lo que me Dios me dio y yo estoy contenta y quiero aceptar eso, agradecerle a Dios por lo que me dio» y eso hizo que ella también se dejara su cabello natural. Recibí mucha resistencia, pero supe cómo manejarme.

Cuando comencé MissRizos, en el primer mes tenía 25 lectoras y seguidoras y la mayoría eran mi familia y amigos. De repente creció y sigue creciendo de manera muy rápida. Es un espacio en Internet para las chicas con cabello afro, que quieren aprender sobre eso, porque es un proyecto internacional; tenemos seguidoras en Venezuela, Colombia, en Chile, Ecuador, en todos lados, y yo no puedo trasladarme en este momento a cada uno de esos espacios. Así que es una presencia ‘online’ muy importante. Pero he tenido el privilegio de viajar a Barcelona, Madrid, Nueva York,  Miami y por toda la República Dominicana y ahora en Puerto Rico, a hacer encuentros, encuentros rizados como yo los llamo.

El cabello es una proteína muerta que está sobre mi cabeza y si mañana quiero pintármelo, cortármelo, trenzármelo, o sea el cabello en sí no es lo importante aquí, es la aceptación…, para mí es la valorización de tú misma como persona. Si tú sientes que vales, entonces vas a ser mejor madre, mejor esposa, mejor mujer, te vas alimentar mejor, vas a usar el condón cuando tengas relaciones con alguien. Vas a tomar mejores decisiones para ti si te valoras como persona, así lo veo. MissRizos tiene ese fin.

Yo quiero poner mi cabello como a mí me dé la gana, sin tener ningún tipo de repercusión social y sin que ese aspecto que estoy dando al cabello afecte cómo me siento por dentro como mujer negra o como ser humano. Mi problema no es sobre lacear o dejar el cabello natural, sino con el sentimiento que va con eso y con el rechazo de la sociedad.

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