ENRIQUE BUSTAMANTE R.
Un día como hoy nació Gilberto Santa Rosa (Puerto Rico, 21 de agosto de 1962) uno de los cantantes salseros más importantes en la historia de la salsa. Es apodado “El Caballero de la Salsa”.
A los 12 años organizó una agrupación de aficionados dando sus primeros pasos en el género de la música tropical. A sus 24 años debutó como solista y director de orquesta con el apoyo de la compañía Combo Records del maestro Rafael Ithier. Su música y su estilo inconfundible lo llevaron a la fama y desde entonces el mercado internacional lo reclama convirtiéndolo en uno de los artistas del género tropical de mayor demanda. Cosechó grandes éxitos al fundir el género clásico y tropical en el histórico concierto "Salsa Sinfónica" presentado en el Centro de Bellas Artes, de San Juan.
Entre sus canciones conocidas se encuentran «Que alguien me diga», «Si no me ven llorando», «Esas lágrimas», «Ni te llamo ni te busco», «Vivir sin ella», «Conciencia», «Perdóname», «Sin voluntad», «Pueden decir», «Sombra loca», «Me volvieron a hablar de ella», «Que manera de quererte», «Conteo regresivo», entre otras.
Gilberto Santa Rosa en Perú
Desde aquel lejano 1996 en que aterrizó por primera vez Perú, para presentarse en el Estadio de Alianza Lima y en el desaparecido Zalonazo de Surquillo, ha pasado mucho tiempo. Cabe señalar que en 2004 la compañía IEMPSA editó un CD doble titulado En Vivo Tour Perú conteniendo estos conciertos que testimonian la euforia que despertó la primera presentación en Lima del cantante boricua. Perú, país que lo vio crecer y que cuenta con un público cómplice y fiel a su vida artística.
En las innumerables veces que Santa Rosa nos visitó siempre fue bien recibido por el público. “En Perú el entusiasmo y la energía de su gente es distinta” “Perú tiene algo muy interesante, y es el público que asiste a los conciertos” manifiesta en sus declaraciones.
Interpretando Salsa romántica o un bolero, Santa Rosa demuestra que es uno de los mejores. Sobre todo, uno de los pocos cantantes de la vieja escuela que en medio de las dificultades del mercado y la presión de la industria, trata de mantener vivo el espíritu de la buena Salsa.