Definitivamente, creo que es muy cierta la frase: “La piel es el reflejo de nuestro interior”, ya que al ser el órgano más extenso y visible que tenemos todos los seres humanos, nos permite darnos cuenta cuál es el estado interno de nuestro organismo. A veces, cuando una persona observa alguna anomalía en la dermis busca la manera de eliminarla, por ejemplo, ello sucede mucho en el caso de las várices. Si bien es cierto, es un problema estético muy común; sobre todo, en las mujeres; sin embargo, es una afección que va más allá del aspecto físico como tal, por lo que requiere de nuestra atención y siempre es necesario que acudamos con un médico especialista.
¿Qué son las várices?
Según expresa Rául Panizo, cirujano cardiovascular de la Clínica Ricardo Palma, este trastorno circulatorio se caracteriza por el mal funcionamiento del sistema venoso. Básicamente, se produce por algunas fallas en las válvulas de las venas de las piernas, las cuales se encargan de que la sangre fluya hacia el corazón. Además, es importante saber que, cuando existe una insuficiencia venosa por largo tiempo, las paredes de las venas se debilitan y pueden generar flebitis, varicorragia, úlcera o eczema varicoso.
Cabe señalar que, todas las venas del cuerpo poseen válvulas unidireccionales que evitan el reflujo de la sangre, pero si están dañadas, la sangre no fluye correctamente y puede provocar un agrandamiento de la vena, lo cual se manifiesta con una decoloración púrpura en la piel.
Este problema circulatorio es muy habitual que aparezca a partir de los 40 años; no obstante, muchas mujeres pueden padecerlo a los 30 o incluso antes. Como refiere Panizo, el sobrepeso, el sedentarismo, el embarazo, pasar muchas horas en lugares cálidos, mantener la misma postura durante un tiempo prolongado e inclusive, la predisposición genética son algunos de los factores que influyen en su aparición temprana.
¿Cuáles son las señales de alerta de várices en las piernas?
Por lo general, cuando las várices son pequeñas, solo representan un problema estético; sin embargo, a medida que aumentan su tamaño, sí pueden ocasionar una serie de síntomas, como dolor, picazón, hormigueo, pesadez, calambres en las piernas, dilataciones varicosas e hinchazón en tobillos y pies. Como bien menciona el médico, si una persona presenta estos signos debe ir al especialista de inmediato para un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.
El diagnóstico consiste en realizar una evaluación integral y una serie de pruebas, como la pletismografía venosa y ecodoppler venoso al paciente, con el fin de prescribir el tratamiento más adecuado para controlar la afección, explica el especialista.
Por esta razón, Panizo manifiesta que son cuatro los tratamientos que se emplean para abordar la insuficiencia venosa. En primer lugar, está la escleroterapia que consiste en la aplicación de medicamentos en las venas pequeñas que sobresalen de las piernas. El objetivo de este procedimiento es mejorar el aspecto estético de la zona y aliviar los síntomas que producen las várices. Por otro lado, se puede realizar una microcirugía mínimamente invasiva, denominada la técnica de Müller o flebectomía, en donde se extraen las venas varicosas por microincisiones en las venas dilatadas.
También se emplea el láser endoluminal, el cual es una técnica ideal para pacientes con dilataciones varicosas importantes, puesto que gracias a una fuente de calor con fibras pueden quemarse las venas. Igualmente, el especialista destaca el uso de la radiofrecuencia, procedimiento similar al láser, pero su mecanismo permite ocluir las venas por medio del sonido.
¿Cómo prevenir las várices?
El cirujano cardiovascular explica que, la clave para prevenir las várices es aumentar el tono muscular y el flujo sanguíneo de las piernas. Por este motivo, recomienda seguir una alimentación balanceada, mantener un peso adecuado y saludable, combatir el estreñimiento, realizar ejercicios en forma regular, usar medias de compresión que ayudan a favorecer el retorno sanguíneo y evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentado. Finalmente, nos recuerda que este tipo de afecciones deben ser tratadas por médicos especialistas, ya que en algunos casos los procedimientos pueden genera complicaciones serias, si no se realizan de forma correcta.