Para el talento no hay edad
Por: Bryan Gómez y Elida Quispe.
Colegio San Eulogio de Comas
Corresponsales escolares
A pesar de su corta edad, Juan Lázaro (15) es un gran pianista que se inició desde la edad de un año, gracias al apoyo de sus padres. Este adolescente nos demostró su talento en un recital de piano, realizado el 27 de agosto, en el Teatro de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
Este pianista estadounidense de orígen peruano, cada vez que viene al país, aprovecha para conocer sus raíces y nos deleita con sus buenas presentaciones.
La historia musical de Juan Lázaro se inicia a la edad de un año cuando sus padres se mudan a una casa y compran un piano. Entonces, el pequeño Juan tocaba las teclas del instrumento como un juego que lo inspiraría en su gusto musical. Luego, estudió en The Belle School of Music, pero se cambió a clases particulares para formarse mejor.Inicialmente, Juan practicaba con el piano media hora, poco a poco fue incrementando la práctica hasta llegar a tres horas diariamente y, en los feriados, toca durante la mayor parte del día, logrando que sus manos se hicieran más ágiles con el instrumento.
Juan Lázaro no tiene una pieza musical en particular, pero considera a Beethoven como uno de sus compositores favoritos por su poder y fuerza.
Además, Juan practica karate desde los tres años y ahora es cinturón negro. El joven pianista considera que este deporte le permite balancearse física y emocionalmente. ‘Me ayuda a concentrarme y a tener más coraje cuando voy a ingresar al estrado’, señala.
Finalmente, uno de los sueños de Juan Lázaro es componer una pieza musical con influencias peruanas y recomienda a los futuros músicos que ‘sigan adelante, nunca miren atrás ya que es un camino difícil, pero vale la pena todas las horas de práctica’.
SEPA MAS
Antes del recital de Juan Lázaro, se presentaron tres adolescentes del Conservatorio Nacional de Música.
Jaime Augusto Contreras presentó una tocatta de Khachaturian. Por su parte, Gabriel Gómez-Sánchez nos ofreció ‘Patética’ de Beethoven. Para finalizar, Priscila Navarro tocó ‘Variaciones sobre el nombre’ de Schumann.