Cuando la solidaridad da frutos…
Por: Elizabeth Ita Vejarano
IE. PNP CAP. “Jorge Cieza Lachos”
Corresponsal Escolar Asignada
Dilver Delgado, a sus 7 años, roba muchos corazones.
El poder de la sonrisa
¡Dilver!; ¡Dilver! Llamé dos veces en el gran espacio donde me indicaron que podía ubicarlo. No fue un sonido lo que recibí como respuesta; si no una amplia y amorosa sonrisa. Dilver estaba allí, echado en una cama luego de haber presenciado un show infantil. No logra pronunciar muchas palabras, pero eso no impide que comunique sus emociones. Resulta muy agradable compartir unos momentos con él, para no sólo revivir en su rostro el éxito de la Teletón, a través de la cual se recaudó más de 10 millones de soles, si no para observar de cerca la ardua labor que se desarrolla en el Hogar Clínica San Juan de Dios.
Cuidado con la salud
Dilver Delgado, nació en Jaén – Cajamarca y a su corta edad ya sabe cuán dolorosa puede ser la vida; pero también ha aprendido que la solidaridad cambia los llantos por sonrisas. Vino de Jaén el 16 de junio del 2006; allí fue donde se le diagnosticó una malformación en la columna vertebral. Aunque dicho informé demoró, debido a que inicialmente le informaron, a su madre, que su mal sólo se debía a la desnutrición.
Con una columna que no estaba recta como debía ser; el pequeño empezó a presentar problemas para caminar y hasta le ocasionaba dificultades en la respiración. Hace dos años el hermano Isidro Vásquez lo trajo de Cajamarca para ser atendido en el Hogar Clínica San Juan de Dios, donde los galenos especialistas en estas deformaciones dieron el informe que determinó que sea operado.
Luz en su camino
El 18 de enero último fue sometido a una operación la cual resultó exitosa. Ésta se realizó gracias al apoyó de tres empresas privadas -Leonisa, Synthes y la Clínica Ricardo Palma- las que se conmovieron por la dolencia del menor. Debido al resultado logrado, Dilver ya fue dado de alta en la Clínica Ricardo Palma, y actualmente se recupera satisfactoriamente en el Hogar Clínica San Juan de Dios.
“Como Dilver, hay 2 casos más y otro que lo he identificado, también de Cajamarca, el problema es que la familia no lo quiere traer, tienen miedo de que le pase algo a su niño”, comentó el hermano Isidro Vásquez, director ejecutivo de esta clínica.
Con mucha energía
Su madre manifiesta que al pequeño Dilver le gusta ayudar en los quehaceres de la casa y le fascina ir a la chacra. Su labor favorita es cargar leña.
“Agradezco de todo corazón a todas las personas que ayudaron a mi hijo. A Dios, por haber puesto en su camino a tanta gente para que lo puedan ayudar a mi Dilver”, expresó emocionada Teodolinda Fernández, madre del niño.
Color de esperanza
Dilver espera que pronto el alta recibida se convierta en autorización, para retornar a su Jaén querido y poder jugar, reír y narrar, lo vivido en Lima, a través de la forma tan especial de hacerlo que sabe: “La sonrisa”.