“Tratamos a cualquier persona que esté herida, sean cuales sean sus ideas políticas"
Los enfrentamientos violentos entre la policía y manifestantes en Bujumbura, la capital de Burundi, durante los últimos cuatro meses se han saldado con cientos de heridos y más de 185.000 personas buscando refugio en los países vecinos. Las protestas masivas contra la tercera candidatura electoral del presidente Nkurunziza se han apagado, pero sigue habiendo tensión en la ciudad y las noches se ven interrumpidas por conatos de violencia esporádica. Bruno Duchenne, Coordinador General de Médicos Sin Fronteras (MSF), explica la situación.
Bruno Duchenne, Coordinador General de MSF en Burundi © Julie Remy
“Cuando comenzó la crisis electoral ya estábamos trabajando en Burundi llevando a cabo un proyecto de reparación de la fístula obstétrica en Gitega, a unas dos horas por carretera de la capital. Lo que hicimos fue enviar equipos médicos a los cinco distritos cercanos al lugar de las protestas. Era vital para garantizar que los heridos tuvieran acceso a la atención médica, y para que los centros de salud estuvieran equipados para poder lidiar con un gran número de víctimas si fuera necesario. Nuestros equipos proporcionaron atención médica de emergencia y estabilizaron a los heridos para que pudieran ser trasladados, mediante la Cruz Roja de Burundi, a los cuatro hospitales públicos de la ciudad. También donamos kits de emergencia que contienen vendajes y suministros médicos a 19 centros de salud en los 13 municipios de la capital.
Los hospitales de la capital se han esforzado por hacer frente a la situación. En las ocasiones que han recibido a gran número de víctimas muchas se han quedado sin camas, y sus equipos quirúrgicos se han visto desbordados.
Muy pocas ambulancias se están aventurando a salir de noche, y ha habido casos de heridos que han muerto antes de poder llegar a un hospital. Es por eso que MSF pondrá en marcha una ambulancia para el transporte de heridos cuando la situación de seguridad lo permita.
También estamos trabajando en el hospital Arche, en Kigobe, al norte de la capital. Este centro presta atención médica gratuita para las víctimas de la violencia. Para muchos de los heridos existe una barrera financiera a la asistencia sanitaria. A menudo los heridos no tienen los medios para pagar ningún tipo de atención hospitalaria y un procedimiento quirúrgico puede costar cientos de euros.
La mayoría de nuestros pacientes son “víctimas colaterales” que han sido heridos por balas o granadas callejeras durante los duros enfrentamientos entre la policía y los partidarios de la oposición.
La semana pasada hicimos la admisión de dos niñas de 8 y 11 años de edad que resultaron heridas cuando explotó una granada abandonada que habían encontrado.
Los heridos temen a menudo por su seguridad en las instalaciones médicas, por lo que es esencial crear para ellos un verdadero refugio donde no haya discriminación alguna. Tratamos a cualquier persona que esté herida, sean cuales sean sus ideas políticas.
Hemos tratado a cerca de 200 víctimas en el hospital desde que empezamos a trabajar aquí, a finales de junio. De todos ellos, 122 fueron hospitalizados. Actualmente estamos realizando un promedio de 20 admisiones por semana. La mayoría son heridos de bala o de granada, pero también hay personas que han sido atacadas con cuchillos. Generalmente hacen su propio traslado al hospital y muchos de ellos tardan varios días en recibir tratamiento.
El hospital tiene 40 camas en la sala de urgencias, un quirófano y una unidad de cuidados intensivos. También estamos proporcionando atención psico y fisioterapéutica.
A pesar de que ya no estamos llevando a cabo nuestro proyecto de reparación de fístula obstétrica en Gitega –el proyecto fue recientemente traspasado con éxito- seguimos comprometidos a ayudar al pueblo de Burundi”.