Los refugiados en Grecia quieren respirar aire fresco
Este reportaje fotográfico visibiliza la vida de aquellos refugiados que sufren problemas de salud mental en Grecia -en las islas, en los campos ubicados en la parte continental y en la propia Atenas-, reflejando los desafíos que enfrentan y su capacidad de recuperación individual para superarlos diariamente. Además, denuncia las consecuencias que tienen las actuales políticas migratorias de la UE en la vida de las personas.
Hombres, mujeres y niños han llegado a las costas griegas huyendo de la guerra y el conflicto. Al igual que cualquier ser humano, anhelan liberarse del miedo y llevar vidas seguras, normales y productivas.
Algunos de los que llegan están extremadamente traumatizados, y su estado mental a menudo muestra cicatrices. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha notado un aumento en los pensamientos suicidas y en incidentes de autolesión, así como emociones de enojo, frustración, pérdida, dolor, depresión, pasividad y desesperanza en la población, a menudo exacerbada con los más vulnerables.
Actualmente, el proceso de asilo es opaco y las condiciones de vida pueden ser terribles para las personas que se encuentran en el limbo griego durante más de un año, mientras esperan el resultado de sus casos, con un futuro en riesgo de detención y deportación.
Atrapados en la isla de Samos, los solicitantes de asilo se ven obligados a vivir en condiciones extremas en el Centro de Recepción e Identificación. Crédito: Tiziana Cauli/MSF
A muchas personas, incluidas las familias con niños, solo se les da una manta para que se cubran por la noche, duerman o utilicen como una carpa improvisada en los arbustos cercanos. Crédito: Tiziana Cauli/MSF
Los niños intentan encontrar maneras para soportar el clima.Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR
“¿Cuál es mi sueño? No tengo ninguno. Es mejor no soñar que soñar y que no pueda convertirse en realidad”, dice Zam—Zam refugiada somalí. Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR
Vista interior y exterior del campamento de Termópolis, donde MSF presta servicios de salud mental. Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR
“Encontramos el amor en un lugar sin esperanza”, cuenta Mohamad Al-Sudani y su esposa Khitam. Después de sufrir varios abusos, se encontraron en un barco rumbo a Grecia. Ella espera su primer hijo y todavía carga mucho dolor. Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR
Sally, 29 años, vive con una refugiada proveniente del oeste de África y explora su cuerpo como un lienzo de expresión. Su propio cuerpo le pertenece por primera vez en años. Sus tatuajes dicen: sufrí, aprendí y cambié. Está aprendiendo griego y recibe asesoramiento psicológico de MSF. Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR
Dos marroquíes huyeron con miedo y se refugiaron en Grecia. “Estaba respirando aire fresco, pero sentí como si estuviera en un confinamiento solitario”, cuenta uno de ellos. Crédito: Tanya Habjouqa/NOOR